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viernes, 8 de marzo de 2024

LA CIUDADANÍA EUROPEA Y LOS DESAFÍOS DEMOCRÁTICOS

Ante el individualismo, la inestabilidad de las relaciones humanas, la debacle del sentido del deber y el avance del populismo y el nacionalismo, se han ido degradando el disenso y el pluralismo político, tan necesarios para la salud de la democracia.

Por Maite Pagazaurtundúa (29-03-2024)

El disenso y el pluralismo político son el motor de la democracia. En mi caso lo aprendí abriendo los ojos en los años ochenta en una comunidad muy intoxicada. Mi pueblo era uno de los buques insignia de los fanáticos terroristas. En aquel País Vasco, en la época analógica, el pensamiento identitario sesgado y excluyente era capaz de infectar todo el espacio social. Se detectaba todo: las palabras que se podían o no utilizar, la ropa, los gustos estéticos, la música… Los códigos eran estrictos según aquella teología política. El trabajo de control social, de autocensura y de potencial cancelación era máximo y, obviamente, el pluralismo político estaba muy dañado.

Cuarenta años después, desde el Parlamento Europeo he visto cómo se degrada la materialización del disenso y del pluralismo político en esta era digital.

Cada uno de nosotros lleva un dispositivo llamado inteligente y a través de él tenemos acceso, entre otras, a ideas tóxicas que degradan el pensamiento democrático. El modelo de negocio de las redes sociales incluye la fidelización —o la adicción— y los algoritmos pueden trabajar, y trabajan, nuestros sesgos. Como consecuencia, las microidentidades y las microcomunidades se vuelven densas y otorgan una sensación de enorme seguridad —y una cárcel mental— degradando la democracia desde abajo, desde cada una de nuestras mentes.

No hacen falta armas para derruir la democracia, aunque tampoco nos faltan identidades asesinas en nuestro tiempo. Los terrorismos mutan y se adaptan al supermercado de esas microidentidades sectarias.

Por eso cada ciudadano se ha convertido en un pilar de la Unión Europea y de su democracia. Por eso mismo los poderes públicos tienen que reforzar la ciudadanía, porque las instituciones no lo pueden todo y porque tampoco pueden aplicar la censura de lo no ilegal y seguir siendo poderes democráticos. Nos guste o no —no nos gusta— los ciudadanos vamos a tener que hacer frente a una buena parte de las amenazas contra los sistemas democráticos.

Los momentos difíciles obligan a repensar las reglas de juego. La ciudadanía está en el corazón del proyecto europeo y refleja una identidad democrática común basada en valores y principios que otorgan legitimidad democrática a la Unión. Es necesario aprovechar todo su potencial.

Reforzar las humanidades, especialmente el conocimiento de la historia y de la filosofía es, creo, mucho mejor que dar papillas de principios y valores manidos, porque el talento, el compromiso y la firmeza tienen que ver con forjar un carácter. Un carácter que solo funcionará si conseguimos que superemos la fase del pensamiento selfie.

Si cada cual piensa que el mundo gira en torno a sí, que las leyes solo se deben cumplir a conveniencia, si mayoritariamente las relaciones humanas o profesionales son banales e inestables porque se rebaja extraordinariamente el sentido del deber, si los líderes juguetean al populismo ramplón o al adoctrinamiento también ramplón, nos arrollará el tiempo convulso.

Cuando pienso en sentido moral no pienso en sentimentalismos ni gazmoñería, sino en sentido del deber: ante las leyes, ante la palabra dada, ante las amenazas al Estado democrático, ante los canceladores, sean del estilo que sean.

Y toca defender el pluralismo político, que es entender el disenso. Y defender el imperio de la ley . Ser conscientes de que la democracia y el principio de legalidad son inseparables. Entender que necesitamos periodismo profesional.

Esto me parece ver desde el rompeolas del Parlamento Europeo. Me parece que tenemos que incorporar cambios en sus reglas de juego para dar respuestas a problemas muy serios y reforzar la ciudadanía europea y, repito, las capacidades morales, intelectuales y políticas de todos nosotros, ciudadanos, no vasallos. Para no dejar de serlo.

 

   


jueves, 24 de febrero de 2022

Putin ataca Ucrania, o Grossman y Littell


Unos fragmentos de Vida y Destino(1959) de Vasili Grossman, palabras que sobrecogen en estos momentos de oprobio e indignación, tal vez reflejan lo que hoy está ocurriendo en el este de Europa: 

“El fascismo y el hombre no pueden coexistir. Cuando el fascismo vence, el hombre deja de existir, quedan sólo criaturas antropoides que han sufrido una transformación interna. Pero cuando es el hombre, el hombre dotado de libertad, razón y bondad, el que vence, es el fascismo el que muere y aquellos que se habían sometido a él vuelven a ser hombres.”

“Sagaidak comprendía estos asuntos mejor que nadie. Durante mucho tiempo había trabajado en un periódico; primero había dirigido la sección de información, después la sección de agricultura; luego, durante casi dos años, fue redactor del principal periódico de Kiev. Consideraba que el principal objetivo de su periódico era instruir al lector y no ofrecer sin análisis información caótica sobre los acontecimientos más diversos, a menudo fortuitos. Si el redactor jefe Sagaidak lo estimaba oportuno podía obviar cualquier acontecimiento: guardar silencio sobre una pésima cosecha, un poema ideológicamente poco apropiado, un cuadro formalista, una epizootia de ganado, un terremoto, el hundimiento de un acorazado, no ver la fuerza de una ola oceánica que de golpe había engullido a miles de personas, o un enorme incendio en una mina. A su modo de ver estos acontecimientos no tenían significado y, por tanto, no debían ocupar la mente del lector, el periodista o el escritor.”

“-Ah, queridos amigos –exclamó de repente Madiárov-, ¿os imagináis lo que es la libertad de prensa? Una hermosa mañana después de la guerra abrís el periódico y en lugar de encontrar un editorial exultante, o la habitual carta de los trabajadores al gran Stalin, o un artículo acerca de la brigada de fundidores de obreros que han trabajado un día extra en honor a las elecciones del Sóviet Supremo, o las historias sobre los trabajadores de Estados Unidos que han acogido el nuevo año en una situación de desesperación por el paro creciente y la miseria, imaginad que encontráis… ¡Información! ¿Os imagináis un periódico así? ¡Un periódico que ofrece información!”

“El misterio de los misterios de la guerra, su carácter trágico, consistía en el derecho que tenía un hombre de enviar a la muerte a otro hombre. Este derecho se basaba en la suposición de que los hombres iban a enfrentarse al fuego enemigo en nombre de una causa común.”



Un fragmento de Las Benévolas (2006) de Jonathan Littell, sobre la ocupación nazi de Ucrania y el Cáucaso, para el caso, lo mismo:

“…la maquinaria del Estado está hecha de la misma aglomeración de arena deleznable que aquello que muele, grano a grano. Existe porque todo el mundo está de acuerdo en que exista, y lo están incluso, con gran frecuencia, y hasta el último minuto, sus víctimas. Sin los Höss, los Eichmann, los Goglidze, los Vychinski, pero también sin los guardagujas, los fabricantes de hormigón y los contables de los ministerios, un Stalin o un Hitler no son sino un odre henchido de odio y de terrores estériles.”

“Tenías una casa, vacas, latas de conserva. ¿Qué carajo viniste a hacer a nuestra tierra, pridurok?”


Europa Central y el Este, la frontera del Telón de Acero en la Guerra Fría, aquella que algunos "nostálgicos" del régimen soviético parecen  añorar.


Dividir Ucrania bajo la influencia nacionalista rusa es atacar a Europa. 
El mapa refleja la situación si las ideologías nacionalistas y supremacistas (lengua, etnia, religión, agravios históricos) consiguieran triunfar. 
Tal vez, el rompecabezas más difícil del mundo.


viernes, 27 de diciembre de 2019

Calendario de Aragón 2020

Publicado por Javier Lambán Montañés (Ejea de los Caballeros, 1957-), Presidente de la Diputación General de Aragón, el organismo político nacido de la Constitución Española de 1978 que gobierna la actual Comunidad Autónoma de Aragón. Administración que recogió el legado histórico de la llamada Diputación General del Reino de Aragón, o también Generalidad de Aragón, instrumento ejecutivo en los diversos países de la Corona de Aragón, y que surgió del poder de las Cortes de Aragón frente al Rey en 1188. Desempeñó la representación de los estamentos del Reino en los largos periodos entre las Cortes que convocaba el Rey; ejercitó el poder en materia fiscal, administrativa y política en el territorio aragonés desde 1364 hasta 1708.


















sábado, 9 de febrero de 2019

Ley de Actualización de los Derechos Históricos de Aragón.


El Gobierno de España del PSOE la acaba de recurrir ante el TC, sumándose a PP y C’s (los mismos que defienden a UBER Y CABIFY frente a los taxistas, es decir los mismos que defienden la explotación laboral y los paraísos fiscales frente a 65.000 autónomos que cumplen la ley y pagan impuestos en España) 
    
Esta ley se aprobó por iniciativa de CHUNTA ARAGONESISTA (partido político al que pertenecí casi desde su fundación y durante los 25 años siguientes) Se votó en Las Cortes de Aragón en junio de 2018, y, en resumen, es una ley que reafirma lo obvio.
Como tantos otros asuntos –de mayor importancia- la noticia pasó sin pena ni gloria por los medios y en las inquietudes de la ciudadanía, solo la amenaza de un recurso ante el Tribunal Constitucional fue capaz de producir cierto revuelo. Además de CHA, en las Cortés de Aragón votaron a favor de su aprobación: PAR, el PSOE aragonés, el PODEMOS e IU; una mayoría que representan el 62 % de los votantes aragoneses, pero no los 2/3 de las Cortés de Aragón.
En principio diré que esta ley no es una ley cualquiera, es nada menos que un intento de lavado de cara del Estatuto de Autonomía de Aragón de 1982, que se modificó en 1994, y posteriormente en 1996, y después –de nuevo- en 2007; en realidad es un pequeño lifting que se salta el propio Estatuto y su Artículo 115 sobre el Procedimiento de Reforma, donde exige una mayoría de 2/3 de la cámara y la aprobación de las Cortes Generales mediante ley orgánica. A su vez se basa en el artículo 45, que habla de la Promulgación y publicación de las leyes, un artículo formalista que abre la puerta a la aprobación de lo que te dé la gana, siempre y cuando sea en nombre del rey, y el Presidente ordene su publicación en el «boletín oficial de Aragón» y el «boletín oficial del Estado», amén.
La ley reafirma dos hechos evidentes: Todos somos iguales ante la ley, y todos queremos ser iguales ante la ley, ¿puede alguien predicar lo contrario?, respuesta: Sí, los supremacistas catalanes y vascos. El otro hecho evidente es que Aragón es una nacionalidad histórica (una nación) ¿pero, qué puñetas es una nación?
¿Acaso Cataluña y el País Vasco son una nación y Aragón no lo es? ¿Y Castilla tampoco es una nación?
El concepto de nación se argumentó, argumenta y argumentará en cientos de criterios, la mayoría dependientes del momento en el que se plantea la cuestión. El concepto “nación” ha variado con el tiempo, y el actual poco tiene que ver con el del siglo XIX, y menos con el XVI. Por supuesto perduran los componentes étnicos, religiosos, lingüísticos, territoriales, o el capricho de la fortuna de la historia, o de los intereses de los que ejercían el poder en un preciso instante. Otra cuestión es el enfoque como "organización política", y entonces es plausible razonar que una “nación histórica” solo lo será, si ha sido con anterioridad un Estado legitimado e independiente a lo largo del tiempo, y esto ni lo cumple Cataluña, ni el País Vasco, ni Galicia, y sin duda lo cumplen Aragón y Castilla.  
La voluntad de querer ser una “nación” no es suficiente. Hitler y Mussolini erigieron “naciones” idealizadas por fanáticos, y luego resultaron totalitarios y asesinos, y habían llegaron al poder por las urnas, no con golpes de estado, ni soliviantando las leyes. La democracia en regímenes tipo “Familia Pujol” condiciona los comportamientos individuales, el llamado adoctrinamiento, la propaganda de Joseph Goebbels.


Es comprensible que las legitimaciones no sean exiguas mayorías en parlamentos supeditados a leyes electorales que favorecen intereses adulterados.
Los “derechos históricos” de Aragón, y su posesión por “el pueblo aragonés”, aunque se cimentaran en la “voluntad de ser”, se retrotraen al derecho medieval, y por supuesto desde una visión del mundo de 2019, no se pueden anteponer como material legal por el simple hecho de ser anteriores a la revolución americana, o a la francesa, a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a todas las Constituciones Españolas, desde la de José I, fruto de la revolución francesa, siguiendo la de Cádiz, y llegando a la de 1978, que como resultado propició el mismo Estatuto de Autonomía de Aragón, y con posterioridad toda la legislación de la Unión Europea.
Aun así, es insultante que Pedro Sánchez, Casado, Rivera, o Arrimadas y su marido trabajando para UBER, recurran el derecho de Aragón a participar de forma preeminente en la dirección y la gestión del Archivo de la Corona de Aragón, ¿Qué votante de derechas o izquierdas en Aragón puede defender esto?
La Constitución Española de 1978 fue un producto de lo factible en un preciso momento de la historia, y, como cualquier creación humana, tiene errores evidentes. Uno de ellos es el de diferenciar a tres comunidades autónomas del resto, inventarse la partición de Castilla, reconocer los derechos forales de Navarra y Alava, que también reconocía el franquismo, y ampliarlos a Vizcaya y Guipúzcoa, cuando por el mismo criterio se podrían haber reconocido a Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares. Claro que, también fue un error el golpe de estado de 1936, la revolución anarco-sindicalista del mismo año, la proclamación de una república después de unas elecciones municipales, fue un error la gestión de Alfonso XIII, fue un error la Dictadura de Primo de Rivera, fue un error el Colonialismo, fue un error el 98, fue un error el Carlismo, fue un error lo de “Constitución o muerte”, fue un error la restitución absolutista de Fernando VII, fue un error la Ilustración, fue un error El Siglo de Oro, el matrimonio de Fernando e Isabel, la conquista de América, la toma de Zaragoza por Alfonso el Batallador, la Caída del Imperio Romano, el advenimiento de la agricultura en el Creciente Fértil, la salida de África, bajarnos de los árboles,  la extinción de los dinosaurios, la Explosión Cámbrica, la Mecánica Cuántica y el Big Bang.

La Ley de Actualización de los Derechos Históricos de Aragón también tiene errores y algunos de bulto ¿Quién puede considerar a Palafox poco menos que un nacionalista aragonés? Palafox fue un banderizo de Fernando VII, que propicio un golpe de estado contra la legitimidad, y llevó a la ciudad de Zaragoza hasta el suicidio. Palafox convocó a las Cortes de Aragón buscando su propio beneficio y de sus amigos meapilas, era un ultramontano, un pésimo militar falto de valor.