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martes, 15 de abril de 2025

THE WIRE y Mario Vargas Llosa


A LA SOMBRA DE LA SABINA: Grandes Series: THE WIRE: Copio y pego un articulo de Mario Vargas Llosa publicado en el periódico EL PAIS en octubre del 2011. Aunque lo intente mil años este blog...Grandes series: THE WIRE

lunes, 7 de octubre de 2024

Grandes series: A.C.I. Alta Capacidad Intelectual

Una buena serie de policías (la novela negra que tanto gusta a los franceses) con el hilo conductor de una comedia romántica ( recuerda a una serie americana de los 80: Remington Steele, con Stephanie Zimbalist (1956- ¿qué fue de ella?) y el gran Pierce Brosnan (1953- de allí a James Bond y otras buenas películas) 

Los episodios son auto-conclusivos con casos intrigantes y entretenidos, de evidente inspiración en Agatha Christie (1890-1976) y Arthur Conan Doyle (1859-1930) y su Sherlock Holmes, pero con la guasa de la protagonista.

El título original es francés es HPI (Alto potencial intelectual) y la serie está producida por la TF1 (La Une) la cadena pública francesa, y la RTBF, la Radio y Televisión Belga de la Comunidad Francesa, la televisión de Valonia y Bruselas; por lo visto no se emite ni traducida ni subtitulada en la televisión pública de los flamencos, la VRT; ni en la Belgischer Rundfunk (BRF) que es la de los hablantes alemanes de Bélgica.

La serie es una creación de Stéphane Carrié, Alice Chegaray-Breugnot y Nicolas Jean; y comenzó a emitirse en abril de 2021. En 2024 estrenaron la temporada 4, que todavía no se ha emitido en España. Prometen una quinta y última.

La protagonista principal, y la clave del éxito de la serie (como con Jim Parsons y Sheldon Cooper en The Big Bang Theory) es Audrey Fleurot (1977-) ella es Morgane Alvaro, una señora de la limpieza que trabaja en una comisaría de la policía judicial de Lille (capital de Hauts de France, junto a Bélgica, parte de los Países Bajos españoles en el siglo XVI y XVII) separada y con tres hijos, y un look que le hace no pasar desapercibida, una curranta poligonera sin suerte ni éxito en la vida, aun teniendo un cociente intelectual de 160.  

En Francia es un melocotonazo, la aspiración encubierta de toda televisión estatal que se precie, es evidente, el afán aun lado u otro de los Pirineos sigue siendo el de manipular al personal con el ideario guionizado del gobierno, con el sueño húmedo de tener más audiencia que las privadas.  La TF1 lo ha conseguido esta vez, también es verdad que la TF1 tiene publicidad y compite por ella, y Televisión Española -RTVE- se supone que no (eso se supone)

“¡Y asustar a todos! ¿Quién podría amarme? ¿Eh, quién?”, eso dice Morgane Alvaro meneando sus estrafalarios pendientes y sus orejeras de leopardo.





domingo, 17 de septiembre de 2023

ANDOR o el sabor del buen cómic.

 Una recomendable precuela de la película Rouge One (Rogue One: una historia de Star Wars, 2016. Gareth Edwards -título original: Rogue One: A Star Wars Story) en forma de serie de televisión, las maneras elegantes para que la compañía Disney amortice la millonada que pagaron a George Lucas por los derechos de Star Wars. Y también una forma elegante y al gusto de cualquier aficionado al cómic de Ciencia Ficción.

La acción se inicia 5 años antes de los hechos ocurridos en la película Rouge One, son los años en los que un timador de poca monta llamado Cassian Andor se convierte en un revolucionario y se integra en la Alianza Rebelde contra el Imperio Galáctico (muy al uso de Asimov en las novelas de la Fundación, y de Moebius, Miguelanxo Prado, François Bourgeon; o de la historia del Imperio Romano de Indro Montanelli, y es que la originalidad se extinguió en la Antigua Grecia, desde entonces solo existen los lavados de cara de las mismas historias)













viernes, 23 de junio de 2023

Grandes series: Succession y Rupert Murdoch.


Succession es una serie emitida por el canal HBO de 39 episodios en cuatro temporadas. Es una obra de calidad, tanto en la producción como en el reparto; el argumento gira sobre las vicisitudes de la familia propietaria de un emporio de la telecomunicación, con reminiscencias evidentes en el empresario Rupert Murdoch. Como parece lógico, siempre se peliculiza lo que conoce el que paga la película, y Murdoch es muy conocido en el mundo anglosajón por sus escándalos y bodas, por sus ansias de hacerse con los grandes medios, por su marcado sesgo derechista, o izquierdista si conviene al negocio. Hollywood dicta lo que vemos, dicta lo que debemos pensar, dicta lo que está bien y está mal, dicta que es un contenido racista o discriminativo, sexual o asexual, climático o anticlimático, es la cultura woke que llegó hace tiempo a Europa desde las costas norteamericanas y su interior paleto. Pero Succession no es cultura woke, es una serie con visión critica, realizada desde la libertad de expresión, cosa excepcional en Estados Unidos y muchísimo más excepcional en Europa, y no digamos en España, donde nadie cuenta quién escribe el guion y manda en la tramoya, nadie habla de la batalla oculta por el poder, de la falta de escrúpulos, de la sandez genética, del peloteo fatuo, de los lameculos profesionales, de los ejecutivos ineptos, de los consejeros delegados que delegan, de los asesores que no asesoran y cobran, de los abogados que sacan la manteca; en resumen: las empresas y también los gobiernos, crean y destruyen miles de empleos e ilusiones, sin impórtales un pimiento la ética y la vida de sus "súbditos".

Se podrían hacer muchas series sobre muchas familias, igual de ricos que de pobres, pero vende más una famosa.

Succession se estrenó el 3 de junio de 2018 en HBO. Fue creada por Jesse Armstrong, con el comediante Will Ferrell y Adam McKay como productores ejecutivos. La cuarta y última temporada que se estrenó el 26 de marzo de 2023.

Succession narra las venturas y desventuras de la familia Roy –Logan Roy y sus cuatro hijos– dueños mayoritarios uno de los grandes conglomerados de medios de comunicación audiovisuales y de entretenimiento del mundo.

La inspiración de los creadores es la familia y la vida real de Rupert Murdoch, polémico empresario con ansias monopolísticas que controla la cadena estadounidense de noticias Fox News, el tabloide The New York Post, y los periódicos ingleses The Sun y The Times, también de gran cantidad de medios en Australia.

Rupert Murdoch nació en Melbourne, Victoria, Australia, el 11-03-1931. Siguiendo los pasos de su padre, compró el diario Birmingham Gazette, y con veinte años asumió la presidencia del holding News Limited -creado por Keith Murdoch-, un grupo de empresas que contaba, entre otros, con el Adelaide News, el Sunday Mail y otros medios. Desde muy joven comienza a demostrar su habilidad para ampliar el negocio heredado; va adquiriendo lentamente cabeceras como el Sunday Times y New Ideas, y consolidando su imagen de empresario agresivo cuando decide acabar con su principal opositor, el Adelaide Advertiser.

En Adelaida controla desde 1958 dos canales de televisión, que refuerzan su imagen de magnate de los medios. Siguiendo la línea del mercado regional de la comunicación -en aquel momento no puede hacer otra cosa dada la magnitud de su país-, desde 1960 Sidney se convierte en su segundo objetivo. La News Limited compra la Newspaper Limited (propietaria de cabeceras como el Daily Mirror o el Sunday Mirror), para inmediatamente adquirir algunos pequeños canales de televisión. El magnate australiano había conseguido, en julio de 1964, hacerse con The Australian, un periódico de ámbito nacional. No obstante, su ambición le lleva a buscar nuevas opciones, como son la adquisición en 1972 del Daily Telegraph y el Sunday Telegraph, diarios impresos en Sidney.

A finales de los sesenta, Rupert Murdoch decide desembarcar en el mercado británico de la comunicación. Aunque las dificultades en este país son muchas, poco a poco va consolidando su presencia. Su primer paso es la adquisición de The Sun en 1969, diario que en poco tiempo triplica sus ventas. Dos años más tarde se hace con la London Weekend Television, de la que se desprenderá en 1979 para conseguir el Channel Ten-10 de Sidney. En las Islas Británicas, el paso más importante va a ser la compra en 1981 de los prestigiosos The Times y The Sunday Times, no sin antes superar numerosos problemas e incrementar la nómina de sus más directos detractores (más adelante dispondrá de News of the World, otro diario).

En su expansión empresarial, Murdoch da un nuevo paso cuando llega al mercado norteamericano a primeros de los setenta, comprando en 1974 Star, diario publicado en San Antonio (Texas). Inmediatamente se establece en Nueva York, adonde acude con el fin de situarse en un lugar privilegiado. Allí se hace con el New York Post en 1976 y con una serie de revistas. La intención de Murdoch, no obstante, es la de ampliar su red de diarios en Estados Unidos, para lo que compra en 1981 el Herald American (luego rotulado Boston Herald) y dos años después el Chicago Sun Times, además de adquirir la principal empresa del sector editorial norteamericano: la News American Publishing.

La industria del cine también le interesa. Se inicia como productor con Gallipoli (1981), una historia australiana desarrollada durante la Primera Guerra Mundial que dirige Peter Weir. Pero su interés se centra en la consecución de un gran estudio y, especialmente, de sus fondos cinematográficos. Tras fracasar en su intento por hacerse con la Warner Brothers, vuelve a intentarlo con la 20th Century Fox, adquiriéndola en 1983 con la ayuda económica del empresario del petróleo Marvin Davis, quien por discrepancias termina vendiéndole su parte a Murdoch. En esta línea, sus estudios de cine han participado de lleno en algunos de los éxitos de taquilla de los años noventa, especialmente The Full Monty (1997), de Peter Cattaneo, y el hiperoscarizado filme que lanzó a Leonardo DiCaprio y Kate Winslet al estrellato: Titanic (1997), de James Cameron.

La aventura del magnate de la comunicación australiano está plagada de iniciativas políticas, tanto en su país como en aquéllos en donde ejerce su poder a través de los medios que controla. De sus actuaciones se acuerdan algunos políticos que vieron respaldadas sus campañas, al tiempo que otros comprobaban cómo se arruinaban sus proyectos y aspiraciones. Sus actividades empresariales, no obstante, se vieron sumidas en procelosos juicios e investigaciones de los que, en su mayoría, ha salido siempre ilesa la cartera del empresario. La aplicación de las leyes de control por parte de la Comisión Federal de Comunicaciones norteamericana (en general, debido al cruce de propiedades en prensa y televisión) obligó a Murdoch a deshacerse de algunos periódicos y canales de televisión.

En 1986, el empresario pone en marcha el canal Fox Television, que viene a codearse con las tres cadenas tradicionales norteamericanas: ABC, CBS y NBC. Sus primeros pasos son cautelosos, con un horario de emisión que va creciendo con el tiempo. Va a ser determinante en el desarrollo de la cadena el contrato que consigue con la NFLNational Football League (la liga de fútbol americano), antes en poder de la CBS. Tras la firma de un acuerdo con la agencia Reuters, la cadena Fox puso en marcha en marzo de 1995 sus propios espacios informativos -tres al día-, en un intento de, en un tiempo no lejano, competir directamente con la CNN de Ted Turner.

Pero en sus aspiraciones dentro del negocio de la comunicación, Murdoch encuentra -a lo largo de los noventa- numerosos obstáculos en el camino. Cuando desea poner en marcha una oferta de 500 canales por televisión directa a través del sistema Echo-Star, la industria del cable se le echa encima, denunciando las intenciones monopolísticas de su holding News Corporation, pues entre su oferta también contemplaba la programación de las televisiones locales.

Desde 1997 Murdoch controla el 75 por ciento de los contenidos que se ven en el planeta a través de sus operadores de cable, satélite y televisión. En Estados Unidos posee 22 cadenas de televisión, un servicio de 24 horas de televisión por cable, la revista TV Guide, el periódico The New York Post y el estudio cinematográfico 20th Century Fox. Además de ser propietario del equipo de béisbol Los Angeles Dodgers, tiene los derechos de los partidos de más de veinte equipos de béisbol y baloncesto y es propietario del Madison Square Garden. A ello hay que sumar sus casi 800 empresas en 52 países.

Sus detractores hablan de los numerosos beneficios fiscales que le ayudaron a hacer crecer su imperio, llegando a pagar por este concepto mucho menos que cualquiera de sus oponentes (Time-Warner, Disney o Viacom). Buena parte de los negocios de Murdoch se canalizan a través de paraísos fiscales como las Antillas Holandesas, las Islas Caimán, las Bermudas, Panamá o México. Si el gobierno norteamericano le siguió la pista muy de cerca, no se quedaron atrás los parlamentos británico y australiano, en donde siempre preocupó la capacidad operativa del empresario.

No obstante, estos problemas no impidieron a Murdoch continuar creciendo. Un síntoma de ello fue que controló desde 1990 la BSkyB (compañía británica de televisión vía satélite) y que, cuando se le cerraron unas puertas, supo abrir otras, como su participación en JSkyB (operadora de televisión digital japonesa en la que también toman parte Sony, Fuji TV y Softbank), compañía que a principios de 1998 llegó a un acuerdo con PerfectTV para fusionar sus actividades.

En julio de 2011 se convirtió él mismo en centro de la atención mediática tras el escándalo que suscitó el descubrimiento de las malas prácticas de su periódico sensacionalista News of the World, confirmándose que para la obtención de noticias exclusivas se habían empleado todo tipo de medios ilegales, desde escuchas telefónicas hasta sobornos a policías, pasando por accesos piratas a datos informáticos protegidos. Ya en 2009 se había acusado al tabloide de haber espiado al menos a tres mil personas "noticiables" (políticos, famosos y familiares o víctimas de crímenes).

Murdoch se vio obligado a cerrar el periódico y renunció a su largamente acariciado proyecto de adquirir el 100% de BSkyB, plataforma de la que ya poseía el 39%. Pero la tormenta no amainó: pronto se supo que también otros de sus rotativos, como The Sunday Times y The Sun, habían empleado medios semejantes, llegando a espiar al primer ministro Gordon Brown y a miembros de la familia real británica.

Extraído de: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Rupert Murdoch». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/murdoch.htm [fecha de acceso: 23 de junio de 2023].



miércoles, 1 de diciembre de 2021

FUNDACIÓN (que Asimov les perdone)

 


        Una serie Apple TV+ que deshuesa una novela desde la corrección política, la ideología de género, y la visión moñas del mundo.

HARI SELDON — … Nació el año 11988 de la Era Galáctica; falleció en 12069. Las fechas en términos de la Era Fundacional en curso, como…/ /…Se llamaba Gaal Dornick y no era más que un campesino que nunca había visto Trántor.

Así comienza la serie de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov en 1951, leí la primera novela en 1989, y sin solución de continuidad, todas las siguientes. Me enganché, algo que no ha ocurrido con su traslación a una serie de televisión de pago. Y eso que la esperaba con ansiedad desde el momento que anunciaron su rodaje, quería recobrar las sensaciones de mi lectura, el viaje de la imaginación, lo que hace grande al cómic de fantasía; y es que la buena ciencia ficción, es decir la de Asimov o Clarke, es capaz de imbuirte en hipotéticos lugares futuros como si los estuvieras viviendo.

La serie de Apple TV+ es una serie cara, con buena fotografía y banda sonora, está última de Bear McCreary (el mismo de la sensacional Black Sails) y el reparto cuenta con Jared Harris como Hari Seldon, protagonista en Chernobyl o The Terror, y una extensísima colección de memorables actuaciones; la otra pata que sostiene la serie es Lee Pace, El Hobbit y las series de culto como: Halt and Catch Fire, y Pushing Daisies; también aparece Clarke Peters, actor de las magistrales The Wire y Treme de David Simon, pero en esta ocasión hace un cameo fallido, insulso y con calzador. El resto del casting deriva de la corrección política y por lo tanto es de difícil calificación, no trasmiten gran cosa, y no mejoran en absoluto los personajes que desencadena la imaginación de cualquiera que haya leído las novelas.

Sucintamente: La serie Fundación de Apple TV+ es una falta de respeto al autor. Sin duda no es la primera vez que unos “creadores” realizan una personal adaptación televisiva de una buena novela y la venden a una cadena con ganas de gastar pasta. Algunas veces lo hacen bien e incluso superan una novela mediocre, en esta ocasión el resultado es una chapuza de dimensiones galácticas.

Es obvio que los herederos de Asimov han hecho caja, y que el mismo Asimov de carne y hueso puede que hubiera mirado para otro lado. Asimov fue un autor original y de éxito, y una mina para los editores, de pluma rápida para al mejor postor, desde folletines publicitarios de agricultores o dentistas, al Playboy, o en revistas de divulgación para leer en el tren. Con su nombre en letras gigantes aparecieron gran cantidad de libros de bolsillo sobre temas de lo más variado, sobremanera de ciencia e historia, Asimov (y compañía, lo contrario es imposible) era una auténtica fábrica en serie o sobre pedido, con grandes aportaciones como Introducción a la Ciencia y grandes errores como en aquel artículo de principios de los ochenta sobre informática donde auguraba que no manejar el lenguaje de programación Basic a finales de siglo XX sería ser un analfabeto funcional.

        Los escritores merecen un respeto, si Asimov dice que: “Era viejo y casi calvo y cojeaba ligeramente, pero tenía los ojos penetrantes y azules.” (Fundación. Isaac Asimov,1951, pág. 21), describiendo a Hari Seldon, ¿por qué los responsables de una serie de TV no lo respetan?, si Trántor es una ciudad que ocupa un planeta entero y tiene techo, ¿no es una imagen suficientemente visual como para reproducirla en pantalla?, luego está la utilización de conceptos de otros autores, como el ascensor espacial de Arthur C. Clarke, y destruirlo en un atentado a la manera del 11-S.

En resumen: la serie disipa un fuerte hedor a incapacidad y a miedo al fracaso económico, como si las viejas novelas magistrales pudieran ofender a los  nuevos pijos que desean escribir la realidad de nuestras vidas.