Ella: Catherine Ringes, y sigue en la brega.
El último pasquín libre de Aragón ___ Un blog de opinión patrocinado por la máquina del fango ____ El escepticismo por principios___ Donde hay duda hay libertad ___ Este blog no está declarado bien de interés cultural___ "Zaragoza bulle como nunca antes había bullido" y otras chorradas de ese estilo____ No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo ____ Todo el mundo tiene un graduado escolar y los políticos zaragozanos una etiqueta de anís del mono ___ Buenas noches Clarice.
miércoles, 19 de febrero de 2025
Descubrimiento trimestral: Les Rita Mitsouko
Ella: Catherine Ringes, y sigue en la brega.
lunes, 22 de julio de 2024
Bruce Springsteen, Hungry Heart y el café Eckstein.
Berlín, capital de la República Democrática Alemana, julio de 1988, Springsteen y la The E Street Band en la gira Tunnel of love Express Tour tocan cuatro horas ante 160.000 personas (en el velódromo Radrennbahn Weissensee con capacidad para 120.000, oficialmente vendieron 100.000 entradas, otros dicen que muchos se colaron y había 300.000, aunque las entradas costaban 19,95+0,05 marcos de la RDA, al cambio de entonces 100 pesetas, al de hoy 1 €) El Muro comenzaba a temblar, la libertad corría por el aire.Para los alemanes orientales Springsteen era un héroe de la clase trabajadora, un símbolo obrero, y los dirigentes de la RDA quisieron venderlo como uno de los suyos en un concierto a favor de la revolución sandinista de Nicaragua, ante eso a mitad de concierto Springsteen contestó en un alemán macarrónico: “Es genial estar en Berlín Oriental. Quiero decirles que no estoy aquí a favor o en contra de ningún Gobierno. Vine a tocar Rock and Roll para los berlineses del Este con la esperanza de que algún día todas las barreras se hayan derribado”, para a continuación cantar “Chimes of Freedom” de Bob Dylan (“Campanadas de Libertad”, una canción protesta que habla de los oprimidos y los rebeldes) Había sido la Juventud Libre Alemana (FDJ, la organización juvenil del Partido Comunista) quien organizó la entrada de Springsteen en el país (antes habían actuado, decepcionado al público: James Brown, ZZ Top, David Bowie, Joe Cocker, y el mismo Bob Dylan) pero 1988 era diferente, Springsteen era diferente, y en aquellos meses la gente portaba en la solapa chapas con la imagen de Mijaíl Gorbachov (1931-2022) Tal vez sea el concierto más famoso de Springsteen, y tal vez de ahí venga su relación especial con Berlín.16 meses más tarde -9 de noviembre de 1989- el Muro de Berlín cayó.
lunes, 17 de junio de 2024
Bruce Springsteen y el bloguero impenitente.
Desde mi amor incondicional a Labordeta, a Carbonell, a la Bullonera, a Paco Ibáñez, a los Beatles, a Elvis, a Miguel Ríos, a la música tradicional, al rock and roll, a Pink Floyd, a la Banda de Encinacorba, a Bob Dylan, a las jotas, a los gaiteros y dulzaineros, a los bailes de los pueblos, entiendo y comparto que: “La música puede distraerte un rato de tus penas; la música puede consolarte ante tus penas; la música puede expresar tus penas, y, a veces, la música puede lograr hacer algo para superar tus penas” , esas penas que cargaba Pete Seeger, es quien lo dijo, esas penas que cargamos todos, seamos o no conscientes de ellas, y algunos como Bruce Springsteen las narran sin reparos: el final de la carretera, la angustia ante la muerte, la libertad ausente y peligrosa, la noche y la justicia, el devenir de nuestras vidas, el amor combatiendo a la tristeza.
Dicen que su segunda noche en el Metropolitano madrileño es mejor que la primera, leo después en Facebook, donde al parecer haberle visto no sé cuántas veces o tener 74 tacos de almanaque es tema primordial. No puedo comparar con otros conciertos, si estuvo bien o mal, el caso es que no me defraudó, en absoluto, y no las tenía todas conmigo por lo de la afonía, y además, como ocurre con los escritores de novelas, las últimas suelen ser las peores. Eso sí, tengo y he visto cantidad de videos (añádase YouTube) y sé que en Directo no es ni parecido, en Vivo es cuando aprecias el valor del artista, cuando ves el empaque de Ray Charles, de Carlos Núñez, de la Orquesta Mondragón, de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés cantando en un banco del Parque Grande tras cerrar el Pabellón Francés la policía. De otros no podría decir lo mismo, que ni trasmiten ni cantan, ni encandilan ni vibran, y en eso Bruce gana a los demás, tiene el oficio de los clubs, de los músicos que se ganan el pan en una furgoneta, que saben componer, que entienden lo que busca su público, y cuando las grandes compañías de discos se diluyen por el sumidero empresarial, un Bruce, y otros que también lo saben, llenan estadios de futbol tres días en una misma ciudad, y ante aquellos sumideros, ahora los mediáticos, que solo aprecian el fácil titular o el estereotipo rockero que nunca ve algo más allá.
El Nobel se lo dieron a Dylan, también se lo podían haber dado a Springsteen, y a Labordeta, y Carbonell, y a Atahualpa Yupanqui, Víctor Jara, o Joaquín Sabina, adrede o sin querer hacerlo, se lo dieron a todos los que con la música y la letra hacen vibrar lo más profundo.