Dicen que en los viajes las imágenes valen más que las palabras, y es cierto.
"A picture is worth a thousand words, as the picture tells us much more than words."
El último pasquín libre de Aragón ____Un blog de opinión que pretende pensar por sí mismo y con sentido crítico ____Añádase un quintal de escepticismo y arrobas de observación ____ Donde hay duda hay libertad ___ Este blog no está declarado bien de interés cultural ___ A continuación exhibición de ganado vacuno ___ No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo ___ Todo el mundo tiene un graduado escolar y los políticos zaragozanos una etiqueta de anís del mono ___ Buenas noches Clarice.
Dicen que en los viajes las imágenes valen más que las palabras, y es cierto.
"A picture is worth a thousand words, as the picture tells us much more than words."
“NEGACIONISTAS NO.
Aunque algunos con retorcidas intenciones nos llaman "negacionistas", el mismo término que se usa para los que niegan la existencia del holocausto, los escépticos no negamos, ni que se haya producido desde hace más de un siglo un ligero calentamiento, ni que los humanos hayamos intervenido de alguna manera en la ligera variación climática.
Es casi seguro (no del todo) que la temperatura global de la baja atmósfera se ha calentado un poco durante el último siglo. Algo menos de 1ºC. Y también creemos que es probable que en esas décimas de subida la mera existencia humana ha podido intervenir de alguna forma, poco posiblemente.
Pero ¿es grave? La Tierra es un planeta humano. Por fortuna somos más que hace un siglo y duramos más tiempo (no en todas partes, injustamente). En cien años nos hemos triplicado y de 2.000 millones que éramos, ahora pululamos por ciudades y campos más de 6.000 millones de seres humanos, la mitad niños y la otra viejos, cada cual con su fantasía y su sueño. Además vivimos de media más tiempo, 60 años, el doble que hace un siglo, cuando sólo vivíamos de media 30, una edad parecida a la que moría el cavernícola medio. En fin, que somos muchos, vivimos más y eso se nota. Un visitante alienígena es lo primero que diría: aquí habitan humanos, no hay duda.
Pero ¿Qué significa que la “temperatura global” ha subido?
La temperatura global es una media aritmética. Durante estas últimas décadas, en el Hemisferio Norte, y sobre todo en el Ártico, es en donde la temperatura más se ha incrementado. Pero en el Trópico y en el Hemisferio Sur, escaso de observatorios, la subida térmica parece haber sido muy pequeña. En la vieja estación del Polo Sur, por ejemplo, el termómetro indica que ha sido nula. Tanto que se cita en los medios a la Antártida, ¿han visto ustedes alguna vez publicada esa gráfica? No busquen en las hemerotecas ni en las televisiones (sólo en internet la encuentran: eccolo qua).
La temperatura media global ha subido. Pero la historia geológica del clima indica —el clima tiene una compleja historia— que no fue creado por Dios en un solo día y para siempre y, además, que casi nunca, en una escala larga de cientos de millones de años, este planeta ha estado globalmente tan frío como ahora. La temperatura media del aire, a lo largo de su ciclo anual—medida a dos metros de altura sobre la superficie de los continentes— es de tan sólo unos 8,5ºC. No es así extraño que en los últimos dos millones de años, durante el Cuaternario, se hayan producido decenas de glaciaciones. Y que a punto pudiésemos estar, tras un lapso de 11.500 años, de meternos en otra. ¿Quién lo sabe?
La temperatura media global asciende a 14ºC si se tiene también en cuenta el aire que está encima de la superficie de los océanos. Y eso es ya más soportable (pero no caminamos sobre las aguas). Son cálculos realizados en la Universidad de East Anglia, pionera en el estudio del "calentamiento global". Los datos son difíciles de encontrar, incluso en internet, pues hay algunos hechos básicos cuya difusión parece que resulta poco conveniente. Quizás porque desmienten la creencia de que vivimos en el mejor de los climas posibles y que cualquier cambio es nefasto.”
Antón Uriarte, reproducción del post fechado el 27 diciembre 2006. Obtenido de su blog: http://antonuriarte.blogspot.com/2006/
Antón Uriarte fue un disidente, un disidente científico ante la corrección política, ante la ideología imperante que achaca todo al "Cambio
Climático", al Covid, a la guerra de Ucrania o los altares de los mercados. Me gustan los
disidentes, suelen estar lejos de los medios y del Poder, del buenismo sustituto actual de la caridad cristiana. Disidente fue Miguel
Servet, Galileo, Descartes, Darwin, Sagan, y tantos otros que opinan - Método Científico
en mano- algo diferente a lo que en un momento se impone como la tesis académica
refrendada por la autoridad de la mayoría.
Anton Uriarte Cantolla nació en San Sebastián el 31-12-1949,
y falleció en la misma ciudad el 1-10-2019. Doctor en Geografía por la
Universidad de Zaragoza en 1979. Catedrático en la escuela universitaria en la
Universidad del País Vasco. Miembro de la Royal Meteorological Society de Reino
Unido, y de la donostiarra Sociedad Aranzadi de Ciencias Naturales. Publicó “Ozono,
la catástrofe que no llega” (1995), también: “Historia del clima de la Tierra” (2003)
«Los partidos de izquierda hacen bandera con esto, no saben hablar de otra cosa, han dejado la lucha de clases y ahora es la lucha climática.»
«Creen que van a poder manipular el clima y
eso es una inmensa tontería, es absurdo.»
«Venimos de una pequeña Edad de Hielo, ha habido periodos
más cálidos en la época medieval y romana y no pasa nada, porque el clima ha
cambiado siempre.»
El fenómeno de El Niño en las costas del Océano Pacifico afecta a todo el Planeta Tierra. |
Un ensayo
histórico de Javier Cercas, 2009.
Nada
más bajar del coche pensé que aquel tipo valía la pena, y sin saber quién era,
acaso de su condición de escritor profesional por su acompañante, pero no de su
premio Planeta a las costillas. Hubiera reconocido su nombre si me lo hubieran
presentado, sin más, como a tantos otros que escuchas en la radio o la
televisión, sin embargo, tenía dos de sus libros en mi casa, y había ojeado las
contraportadas y me gustaron, eran de esos que tengo que leer un día de estos,
cuando tenga tiempo, cuando no sé me ocurra otra cosa que hacer, cuando me
jubile, un par de libros más con el olor de la pipa de Julio, un par de libros
de papel sumados a unos cuantos cientos en formato digital en el ordenador. Y
cambiamos unas palabras y eso bastó para entender que no era el cliente cotidiano, que
sabía lo que decía y deseaba ponerse al día de lo que acontece en Zaragoza y se
queda en Zaragoza, como un micro-cosmos autosuficiente, como todas las ciudades
que se consideran más de lo que son. Al
llegar a casa busqué “Soldados de Salamina”, recordaba que lo tenía, pero no
dónde, también encontré “Anatomía de un instante”, y decidí leerlo después. El
primero me encantó, y más como curioso de la Guerra Civil y de las andanzas de Chicho Sánchez
Ferlosio, amigo del amigo Labordeta y esa era mi referencia. De seguido ataque el 23-F, no por interés en el detalle histórico, que hasta me repugna mentar a Tejero, solo por la maestría del autor y una conversación de un
rato. Y Javier Cercas me llevó a aquel momento –a un instante- que recuerdo como si fuera hoy: regreso a casas por la tarde del Virgen del Pilar en el 42, una señora escucha un transistor, por el jaleo algo gordo
ha pasado, al llegar a casa llega el detalle y la incertidumbre, unos vecinos que callan, otros que no les parece
mal del todo, pero mi padre no es de esa opinión, y mi madre tiene a Suárez en un altar. No dije una palabra hasta que habló el rey por televisión, me fui a dormir y lo hice poco, a la mañana salí a la calle con una navaja en el bolsillo y mi
instrucción en las películas del Vaquilla, Bruce Lee o The Warriors. Viví aquello todavía sin derecho a voto, aunque imbuido en la política hasta el tuétano, yo, nosotros, no éramos los pasotas
del desencanto, aquello que se puso de moda entre los que creyeron que la
democracia traería una inconmensurable felicidad al instante. Yo, nosotros,
estábamos en la candidez de la militancia del barrio obrero, en el "tenerlo
claro" del Pollaboba, en la Chobena Garda Roya d’Aragón maoísta o lo que fuera,
en los utópicos y surrealistas del MNA, en la agonía del PSA de Emilio Gastón,
pegábamos carteles gratis, íbamos a toda manifestación de nuestra cuerda por extraña que fuera, calculábamos
la asistencia con ojo más preciso que el Heraldo, discutíamos de comunismo,
repudiábamos a Suárez, a Carrillo y a Martín Villa. Y pasados tantos años, un Javier
Cercas de aquella misma generación de ilusos, me retrotrae y conmueve, pues nosotros
somos “La Transición”, la que nos pilló en el florecer al conocimiento de la
vida, de la que sigo siendo rehén, pues entiendo que la edad en la que penetras
en el mundo se marca al rojo en tu piel y en tu cabeza, y quieras o no, siempre sigues siendo aquel de los dieciocho, con más kilos, o más calvo y con canas.
Pág. 258 – “Armada era el más complejo de los tres, quizá porque mucho antes que un militar era un cortesano; un cortesano a la vieja usanza, cabría añadir, como el miembro del séquito de una monarquía medieval retratado con los anacronismos de rigor por un dramaturgo romántico: intrigante, escurridizo, soberbio, ambicioso y meapilas, aparentemente liberal y profundamente integrista, un experto en los protocolos, simulaciones y trampantojos de la vida palaciega provisto de las maneras untuosas de un prelado y del semblante de un payaso tristón.”
Pág. 336 – “Tejero y sin mediar palabra sacó de su funda su pistola y le puso del cañón en el pecho; la respuesta de Suárez consistió en levantarse de su asiento y en formular por dos veces en la cara del oficial rebelde la misma orden taxativa: «¡Cuádrese!»”
Pág.
340 - “«¿Qué es para usted el poder?»”
Pág.
366 – “Hay que ceder poder para ganar legitimidad y conservar el poder”
Pág. 386 – “Maquiavelo no tenía ninguna duda de que era posible llegar al bien a través del mal, pero un contemporáneo suyo, Michael de Montaigne, fue todavía más explícito: «El bien público requiere que se traicione y que se mienta, y que se asesine».”