de Pio Baroja, 1918 (San Sebastián,1872-Madrid,1956)
Una de las novelas de la serie “Memorias
de un hombre de acción”, con el trasfondo de la historia de España en el siglo
XIX y el personaje de Aviraneta como conexión y protagonista. Y es que Eugenio
de Aviraneta (1792-1872) fue un personaje real, novelesco sin duda, y
antepasado de Baroja.
“Memorias de un hombre de acción”
es una colección de 22 novelas cortas a la manera de Benito Pérez Galdós
(1843-1920) o a la manera de Honoré de Balzac (1799-1850) antes todavía, y
muchos otros que vivieron del auge industrial de la imprenta, de los folletines
y de los lectores ansiosos por viajar con la imaginación.
Baroja en LOS CAUDILLOS DE 1830
narra una de las intentonas para derribar el régimen absolutista de Fernando
VII (1784-1833) y obligarle a jurar la Constitución de 1812. El líder del levantamiento
fue el navarro Francisco Espoz y Mina (1781-1836) y, entre las desavenencias y
la escasez de tropas, resultó un fracaso total.
Baroja conocía bien el lugar de
los hechos, el país vasco-francés, la frontera, la muga, pasaba los veranos en Vera
de Bidasoa y a comienzos del siglo XX todavía resonaban por esas tierras los nombres de Mina, de los liberales y los realistas. El preámbulo de las
guerras carlistas tres años después.
9.- “Vestía redingot negro, pantalón con trabillas, sombrero de copa de alas grandes y corbata de varias vueltas.” (también llamado Redingote, es una prenda entre la capa y el abrigo, un capote abrochado por delante y abierto abajo, parecido a una gabardina del siglo XX)
33.-
“Dijo que el espíritu público no era del todo hostil a los liberales en Santander,
donde la mayoría del comercio era liberal y de mucha influencia sobre la masa
del pueblo; pero, según él, fuera de la ciudad, en la parte rural, el
vecindario estaba sobrecogido por los voluntarios realistas fanatizados por el
clero y dominados por los caciques.”
41.- “La Junta masónica de Bayona hablaba en sus comunicaciones solapadamente contra Mina: los carbonarios hacían la guerra a los masones y mandaban proclamas de estas iniciales: U y L., que quería decir Unión y Libertad, y terminaban con este grito: ¡Vivan los h. de S. T.!, lo que para los iniciados significaba: ¡Vivan los hijos de San Teobaldo! Los partidarios de Valdés afirmaban en todas partes que Mina era un traidor vendido a Calomarde;” (Francisco Tadeo Calomarde, nacido en Villel -cerca de la ciudad de Teruel- en 1773, murió exiliado en Toulouse en 1842, político aragonés escasamente recordado y con motivos, fue ministro de Gracia y Justicia entre 1824 y 1832, la mano ejecutora del funesto Fernando VII)
69.-
“Agudo tomó un coche de los que llamaban citadinas” (Desconozco qué son las citadinas)
82.-
“todos cuantos cayeran en sus manos debían ser inmediatamente pasados por las
armas.”
134.-
“Era aquella época de la Restauración, una época de luchas ardientes en que el
monarquismo y el jesuitismo (perteneciente a la
Compañía de Jesús) se aprestaban al combata contra las ideas
revolucionarias con todas las armas… Francia entera estaba llena de oradores
elocuentes que predicaban el arrepentimiento de las locuras pasadas. Los
misioneros quemaban en las plazas públicas los libros de Voltaire y los tomos
de la Enciclopedia,”
161.-
“otros, afrancesados, decían que lo mismo daba Bonaparte que Borbón.”
162.-
“Tenía tal odio a los frailes, que si encontraba alguno en el camino sin más
explicaciones de daba una paliza terrible.”
163.-
“para que no te quejes te voy a dar dos mil pesetas.” (En Barcelona se acuñaron
“pesetas” en 1808)
167.- “Entre los españoles iba una partida que había reclutado don Joaquín Cayuela con elementos heterogéneos, y algunos curiosos como el poeta Espronceda.”
180.-
“… hay un fortín construido por cuatro paredes ruinosas y una tejavana
provisional.” (tejavana es una bella palabra, es un
tejado sin otro techo debajo)
190.-
“(¿Será el sino de los liberales la torpeza?)”
196.-
“Los oficiales, como los soldados, sabemos que no hay cuartel…” (es real, en numerosas ocasiones en las guerras del siglo XIX
fusilaban a los prisioneros sin ningún tipo de miramientos, la primera
Convención de Ginebra es de 1864)
199.-
“¡Viva el Rey! ¡Viva la Religión! ¡Mueran los masones!”
201.-
“No dan cuartel. ¡Libertad o muerte!”
230.-
“La vida es cambiar. Yo no creo que ser esclavo de sus prejuicios sea una
superioridad.”
234.-
“…cuando la hoja de la higuera tenga el tamaño del ala del murciélago…”
249.-
“Dos o tres comisionistas solían presentarse en Ustariz todos los meses.”
253.-
“La diosa Razón del Bazar de Paris sacó una tabaquera y ofreció un polvo de
rapé al príncipe. Los dos se atiborraron las narices de tabaco y estornudaron
con gran satisfacción.”
265.-
“… camino de hierro entre Liverpool y Manchester, de la inauguración de esta
vía y del accidente ocurrido al duque de Wellington.”
266.-
“—¿Usted no se pregunta a veces
—dice Miguel a Larresore— si la vida no será una estupidez?
El
caballero se queda mirando al fuego, y murmura:
— ¿y para qué hacerse esa
pregunta?
— Si: es la verdad, tiene usted
razón, ¿Para qué?
Y los dos hombres se callan y
siguen oyéndose el azotar de la lluvia en los cristales y el murmullo del
viento en los árboles.”
281.-
“! en que época nos encontramos! Nosotros, que hemos conocido a María Antonieta
en Versalles.”
290.-
“La rueda de la existencia oscura seguía girando constantemente: Nacer, vivir,
morir. Nacer, vivir, morir…”
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