¿Quién fue don Diego de Heredia?
En
la parroquia de San Felipe y en esa plaza, en la casa de don Diego que no es
suya, sino la casa de los Ximénez de Embún, acuden apegos y deseos, sinrazones
e insurrectos. El recelo mató la somnolencia y desaguó en correr a guarecerse
en la suerte que dicen al caudillo le sobra; pues fuera de su presencia afirman
que Heredia anda con nigromantes y de ahí le viene, que lee en árabe y que los
moriscos le acogen en su fe, y que amparó a un brujo hechicero llamado
Francisco Marquina cuando le perseguían, y que una noche de un verano la
pasaron conjurando en la ermita de Matamala, cerca del lugar de Quinto,
buscando tesoros; al parecer el mago leyó conjuros que provocaron truenos y le
dijo donde estaban las riquezas y cavaron hasta encontrar unas tinajas, pero
estaban vacías, y don Diego se lo tomó a mal, y Marquina contestó que el tesoro
se hallaba más profundo, a unas siete u ocho tallas de persona, y que los
encantamientos necesitan jorearse y no tantas prisas. Aun repitieron otra noche
más encantamientos entre Velilla y Gelsa, y tiraron de pico y de conjuras a
diestro y siniestro, y allí hallaron vasijas con cenizas y carbón, pero
Marquina insistía en que tenían que cavar más, y don Diego pleiteó porque solo
hacían picar y no veían el oro y la plata prometidos por ningún sitio. Otros
cuentan que eso le interesó decir al caballero, y que volvió y halló el tesoro,
y ahora lo guarda en una cueva en Bárboles; y esto hasta lo jura alguno, que
don Diego de Heredia y Gadea es señor de grandes riquezas, dueño de medio Jalón
y de castillos en Fuentes, en Gea, en Alcarrás, en el Perú y en el reino del
Preste Juan; y señor de semejante talla escupe en la cara de duques y condes, y
en la del mismo rey Felipe si delante lo tuviera, o la reina Isabel de los
ingleses y Alejandro Farnesio, o el rey de Navarra que también será de Francia.
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¡Don Diego, don Diego…!
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¿Qué cuentas Miguelico?
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¡Los jurados están en casa del Virrey!