Y lo mejor para empezar el año 2025 (por el…) con un post de la tortilla de patata sin un trozo imitando a la vida misma; I’am a Good old rebel y soy un buen viejo rebelde y seguiré siéndolo; y The Electric Light Orchestra con Jeff Lynne de sexto o séptimo Beatles; y el rey y la reina en un abrazo erótico; y la Labordeta con Chesús Bernal arengando en mi recuerdo; y una foto con una guapa y Bruce Springsteen de fondo dando envida por no haber estado tan cerca en el Metropolitano; y el cartón de bingo de Pedro Sánchez que le saldrá premiado; y Cervantes y Salamanca a sangre de toro; y la crónica de la muerte anunciada de Alexei Novalni por órdenes de Vladimir Putin; y el Homo Sapiens que cogió el autobús de San Fernando o un ratito a pie y otro andando; y la obra del peluquero de Jorge Azcón en el Vaticano con el Papa Jorge Bergoglio; y el Telescopio Extremadamente Grande o ELT erigiéndose en el Cerro Armazones; y España era también América en el año 1800; y un mapa de Eurasia y sus lenguas indoeuropeas por si alguien no lo sabía; y el Falcon 9 que pasará a la historia como sinónimo de la reutilización espacial y la transcendencia que implica; y la gente que viaja al espacio en la AX3 con Michael López-Alegría; y la gentuza sin fronteras o la actual ministra de Sanidad que es madre y sindicalista aprovechada; y el mito de la democracia en la II República Española desmoronándose ante los historiadores no sectarios; y la hora punta en el Himalaya o que mal ha hecho Decathlon al alpinismo; y Javier Cercas y la rebelión del pensamiento independiente; y los europeos en la Argentina juntos y no tan revueltos; y la secta que antes llamaban PSOE creando nuevas coincidencias casuales; y la Señal del Rey de Aragón impertérrita en el arco del triunfo del Castel Nouvo en Nápoles; y la verdad histórica sobre España en América; y la otra verdad que no quieren ver los apologistas de Hamás y Hezbollah y los ayatolas de Irán; y confirmamos que las estaciones en 2025 se repetirán como hace millones de años; y la naves Voyager seguirán alejándose de nosotros y seguiré sin ver el prometedor documental It’s Quieter in the Twilight de 2022; y la literatura antes de venta en un cordel y ahora ni por Amazon; y los idiomas de Europa como pilar del fervor nacionalista pese a la curiosidad de los que queremos conocer nuestro pasado; y se mantendrá el olvido a esos talibanes que oprimen a la mujeres y las feministas ignoran; y por el simple hecho del placer de comparar tamaños cuando existe un mismo objetivo; y los libros de papel sucumbiendo ante el paseo fúnebre de las bibliotecas; aunque dudo mueran las pistas de baloncesto en un patio de colegio y los momentos entrañables con los buenos amigos; ni fenezcan espero los museos; al menos el flamante submarino S-80 seguirá recorriendo el mar Mediterráneo con la bandera de Muniesa en las manos de un bachano; y la NASA pintará de nuevo su logotipo con Jared Isaacman en los andamios; y seguiremos dando vueltas a nuestra estrella favorita y nos llevará un poco más lejos en el brazo Orión de la galaxia; y los paisajes de ensueño continuarán cautivando a los humanos; y las patentes sobre Inteligencia Artificial que nos venden los pelmazos de la COPE crecerán a pesar de la imaginación de Kubrick y Clarke y las matemáticas de Alan Turing; y siempre nos quedará el sueño reparador y nostálgico; y la fantasía de Predator con Schwarzenegger y el fallecido Carl Weathers; y el Real Zaragoza en una solapa y el Casademont en la otra; y el S.P.Q.R. en la camiseta de la Roma o en el recuerdo de la Historia; y la esperanza en que la invasión rusa de Ucrania o la guerra ruso-ucraniana acabe de una puta vez, aun dejando tremendas fotos; y las vacas persistirán en su mirada ante los dilemas; y al blanqueo de los hipócritas súmese el supremacismo y los revolucionarios de chalet pijo apoyando al “político sin escrúpulos”, solo por la justificación del problema de los medios y el fin, digamos: por los privilegios que el Poder otorga; y Venezuela bajo la dictadura que vino de unas elecciones democráticas y con Maduro por esa misma regla de tres de “está para quedarse”; y, con perdón, “literalmente … en tu cara”, grita el calvo ese delante de un Matthew McConaughey sorprendido.
Y se
podía contar de otra manera y sin comas: y es que Zaragoza bulle como nunca antes había
bullido según la Natalia Chueca en la máquina del fango de Aragón Televisión y en
la radio woke no binaria junto al pesebre del Cambio Climático que también “está
para quedarse” y con el Covid que apareció por un fallo calamitoso en un laboratorio
de Wuhan financiado por los franceses y con
los trabajadores online y con la fachosfera en búsqueda de los escépticos con
principios que escasean al igual que los buenos viejos rebeldes y las pajas o
vigas en el ojo ajeno que nublan la vista del poderoso sin importar que ahora nos toque o no nos toque robar con los aldeanos del PNV y el
Puigdemont comulgando en la ideología de género de la Costa Oeste y olvidando a los carlistas nuestros de boina y trabuco dirigiendo el omnipresente departamento
de tráfico de la ciudad de Zaragoza con las preclaras lumbreras iluminando ese
mismo ayuntamiento que desconoce cuándo la bimilenaria urbe alcanzará el millón
de habitantes y si será tarde o temprano en las antípodas de los pueblos de
Teruel o Muniesa cabalgando su bandera en un submarino S-80 por el mar Mediterráneo
y juro o prometo al mismo tiempo que no declinaré por nunca jamás de mi quijotesco hacer frente al
desatino y a la Corporación de los toros y las jotas unidos en común con el Sánchez
y lo pijos-progres en un abrazo con los frikis de Vox y el Azcón con su corte de pelo a lo mohicano.
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