domingo, 26 de julio de 2020

Bruno Valiente Alías fue mi padre.

Muniesa, 2 de junio de 1937- Zaragoza, 22 de junio de 2020

Nació en plena guerra civil, después de la toma de Muniesa por los anarquistas del capitán Carod. Su madre, Cenobía Alías Cester, colaboró con los milicianos y tras la derrota de la República fue condenada por un tribunal militar a 30 años, cumplió 7 en las cárceles de Zaragoza, Deusto, y el penal del Dueso en Santoña. Su padre, Fermín Valiente Blasco, era sindicalista agrícola y tuvo que huir a Barcelona ante el avance de las tropas franquistas, al cruzar la frontera fue hecho prisionero en un campo de concentración en la Francia de Vichy, como suponemos le ocurrió a mi tío-abuelo Miguel Bardají Alías, dado por desaparecido en la II Guerra Mundial. Mi abuelo Fermín trabajó durante 14 años en Francia, en Bernières-sur-mer en 1940, y en Montauban después, cotizó y tuvo paga en la jubilación.

Mi padre comenzó a vivir con su madre a los 8 años, y con su padre a los 16. Le había cridado su abuela: Clara Cester Domingo, que tuvo a su marido Bruno Alías Val en la cárcel condenado por viejas rencillas y con un cáncer de estómago que le llevó a la muerte al poco tiempo. La familia de mi padre fue su tía: Dolores Alías Cester y su marido Joaquín Artal Iranzo, y sus hermanos fueron sus primos: Ramón, Fermín, Santiago, Clara y Pili.

Vivió los años cincuenta en Muniesa, un pequeño universo en sí mismo, un Macondo de personajes mágicos, donde todo sucedía y dejaba de suceder por sí solo. A los 18 se comprometió con mi madre y festejaron durante 7, después estuvieron 58 años casados. En aquel tiempo la casa del abuelo Celestino Tomás Royo (los Chamineras) e Isidra Bardají Alías fue famosa en el pueblo por tener tres novias a la vez: Margarita, Angelina y Concepción, con sus respectivos novios: Ángel, Marcelino y Bruno.

Mi padre quiso ser labrador, pero su padre y la modernización de la agricultura de los años 60 le llevó a la emigración del pueblo a la ciudad, con un hijo nacido en 1963 en la calle de San Lorenzo cogieron el tren de Utrillas y marcharon a Zaragoza, viviendo en  la calle Aben Arie del barrio de San Pablo, allí nació el segundo hijo en 1965 junto a la imponente calle de los Predicadores, a la castiza de Antonio Pérez, al mercado Central de los hortelanos descargando los domingos por la tarde, a la Zaragoza de Cerdán y las Escuelas Pías, a los adoquines, al tío Tomás en la azotea de la calle el Violín, a la niebla del Ebro que llegaba al primero de una calle angosta con carbonería en la bajera, a la botella de butano que le cayó a mi madre en el dedo gordo del pie. Bruno, estuvo trabajando en la cimentación de Almacenes Gay en la calle Alfonso, después en la Azucarera de la avenida de Cataluña, hasta entrar en la fábrica Tudor de la avenida de Navarra, casi 40 años de obrero, de destajos, madrugadas y plomo. De sacar a una familia hacia adelante, de formalidad, de tesón, de las Delicias, de la parte Teruel.

Fue el abuelo de Alicia y de Jorge, un gran abuelo, de guasas y ocurrencias, de cariño de verdad, de ese afecto que va por dentro sin la necesidad de decir cosa.  

Hombre de pueblo y campo, de palabra por siempre, de no cambiar chaqueta, de las Comisiones Obreras cuando no era fácil ser de CC.OO., de los Marcelino Camacho y Felipe, de fútbol y películas del Oeste en donde todos los días mueren y vuelven a revivir al otro día, decía él. Conocedor de términos, mojones, propietarios de campos, labradores buenos y malos, cabezos, lomas, y cuentos de otros tiempos, de igual forma que mi tío Ángel Magallón Pérez, de sabiduría agreste, con cuatro días de escuela, con maestros nacionales que enseñaban a injertar y que con una bandera de hacer señales salvaban a un avión del temporal de nieve.

Amigo de todos, de su cuerda o de la otra, de vecinos o ajenos, de paisanos y forasteros, y más de sus quintos; también frecuentador ameno de las charradas en el Castillo Palomar en Zaragoza y de las noticias en los bancos de Santa Bárbara en Muniesa.

De joven quería dárselas de viejo, de viejo se sentía muy orgulloso de nosotros.

Ese era mi padre. 

Dolores Alías Cester y Bruno Valiente Alías, tal vez 1941

Bruno, Avelina y Fermín, tal vez 1945.

Bruno Valiente Alías

Cenobia Alías Cester (Muniesa 30-10-1908/Zaragoza 24-09-1994) y Bruno, tal vez 1945

Clara Cester Domingo (-1959)

Bruno Valiente Alías (Muniesa 02-06-1937/22-06-2020)

Año 1950
Año 1950
Bruno Valiente Alías

Teruel- Quintos de Muniesa y Alacón año 1958. Baturro-Churro-Silverio-Isidro Aznar-Bruno Valiente (con la botella) Domingo "pistolas"-Felipe Sancho-

Bruno Valiente Alías, jura bandera.

Bruno Valiente Alías, en pontoneros.

Boda de Bruno Valiente Alías y Concepción Tomás Bardají -Muniesa 30 de Mayo de 1962

En primer plano Fermín Valiente Blasco y Celestino Tomás Royo, detrás Joaquín Artal, y etc..