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lunes, 23 de diciembre de 2024

Danas, riadas y alarmismo climático

 https://theobjective.com/autor/javier-rubio/


Corto y pego este soberbio articulo de Javier Rubio Donzé en THE OBJECTIVE. 

Los períodos de enfriamiento han demostrado ser mucho más perjudiciales para la humanidad que los períodos de calor

El clima ha sido, a lo largo de la historia, un factor determinante en la configuración de las sociedades humanas. Los cambios climáticos, a menudo drásticos y aparentemente impredecibles, han influido en la prosperidad y el declive de civilizaciones enteras. Entre los episodios climáticos que conviene analizar se encuentran el Óptimo Climático Medieval (aproximadamente entre 900 y 1300), y la Pequeña Edad de Hielo (aproximadamente entre 1300 y 1850), dos períodos que ilustran cómo la temperatura puede alterar profundamente las estructuras económicas, sociales y culturales.

No obstante, resulta muy arriesgado atribuir al calentamiento global la intensificación de fenómenos que, con igual severidad, han ocurrido de manera recurrente tanto en épocas de enfriamiento como de calentamiento. Me refiero a fenómenos como las danas (anteriormente conocidas como gotas frías) o riadas, y en especial a la última ocurrida en Valencia. Los datos históricos dejan claro que no hay evidencia de una relación directa entre el calentamiento global y un incremento en la intensidad o frecuencia de las danas. Mucho antes de la era industrial y de las emisiones antropogénicas de CO2 a la atmósfera ya hubo avenidas mortíferas en la Península Ibérica, especialmente durante la Pequeña Edad de Hielo.

El Óptimo Climático Medieval, que se extendió aproximadamente entre los siglos IX y XIV, fue una época de temperaturas más cálidas que las actuales en diversas partes del hemisferio norte. Este período favoreció la agricultura, con cosechas abundantes y una expansión de los cultivos hacia regiones más septentrionales. Los nórdicos, por ejemplo, aprovecharon estas condiciones para colonizar Groenlandia, que por entonces presentaba vastas extensiones de terreno libre de hielo (por ello la llamaron Green Land o Tierra verde), e incluso para explorar América del Norte mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón. En este contexto, la humanidad prosperó, expandió su comercio y experimentó un florecimiento cultural en buena parte de Europa. No obstante, estos períodos cálidos también presentaron retos como el aumento del nivel del mar, que afectó a muchas costas y comunidades ribereñas.

La transición desde este período benigno hacia la Pequeña Edad de Hielo estuvo marcada por eventos climáticos extremos, como la Segunda Inundación de San Marcelo en 1362. Esta gigantesca tormenta en el Atlántico golpeó Inglaterra, los Países Bajos, el norte de Alemania y Schleswig el 16 de enero de ese año. Se calcula que murieron entre 40.000 y 100.000 personas, y amplias extensiones de tierra fueron tragadas por el mar, dejando cicatrices imborrables en la geografía y la demografía. También encontramos eventos como la riada de 1421, conocida como la Inundación de Santa Isabel, que devastaron los Países Bajos, inundando 72 aldeas y causando la muerte de miles de personas.

La Pequeña Edad de Hielo, que tuvo lugar entre los siglos XIV y XIX, se caracterizó por un enfriamiento significativo, aunque irregular, del clima. Durante estos siglos, los inviernos se tornaron más largos y severos, los veranos fueron cortos, y las lluvias frecuentes arruinaron numerosas cosechas. Los glaciares avanzaron en los Alpes, engullendo aldeas enteras, mientras que ríos como el Támesis en Londres llegaron a congelarse, permitiendo la celebración de ferias sobre su superficie helada. Pero, más allá de esta anécdota pintoresca, las consecuencias sociales y económicas fueron devastadoras. La producción de alimentos disminuyó drásticamente, lo que generó hambrunas recurrentes y debilitó a la población frente a epidemias como la Peste Negra, que aniquiló a millones de personas en el siglo XIV. Se estima que entre un 30% y un 60% de la población europea murió durante esta plaga. 

En España, los efectos de la Pequeña Edad de Hielo se manifestaron de manera más tardía con respeto a Europa. Los efectos se tradujeron, también, en forma de lluvias torrenciales y riadas catastróficas, especialmente en el siglo XV, considerado la bisagra entre el Óptimo Climático Medieval y la Pequeña Edad de Hielo en nuestro solar ibérico. En este contexto, lluvias intensas y prolongadas, alternadas con sequías extremas, provocaron grandes inundaciones en todo el país.

Estas condiciones climáticas adversas, combinadas con los arrastres de sólidos y la fuerza de las aguas, llevaron a la desaparición de muchas estructuras romanas, como puentes, especialmente en la cuenca del Ebro, donde no queda ninguno en pie, como advierte el especialista en ingeniería romana Isaac Moreno Gallo. Pero incluso ríos «tranquilos» como el Guadalquivir han tenido episodios letales. Las diferencias entre la vertiente atlántica y la mediterránea también son claves para entender los desastres hídricos en España. El Ebro, que se desbordó con furia en 1448, 1582, 1605, 1617, 1643, 1775, 1787 y 1845, es un ejemplo paradigmático.

El puente de Zaragoza, cuyos arcos centrales se desplomaron tras la riada de 1643, es un buen testimonio de esta lucha entre el hombre y la naturaleza. La destrucción fue documentada en la Vista de Zaragoza, pintada en 1647 por Martínez del Mazo, discípulo y yerno de Velázquez. El catedrático de Física Teórica Alfonso Tarancón y el climatólogo Javier del Valle en su libro Premoniciones: Cuando la alerta climática lo justifica todo (2023), aclaran que «el periodo más duro de la Pequeña Edad de Hielo se alcanza a finales del siglo XVII, y en líneas generales coincide con el denominado ‘mínimo de Maunder’. Con este nombre se conoce a los años en los que el descenso en la actividad solar propició la práctica desaparición de manchas solares. Se calcula que durante este periodo la constante solar fue un 0,24% más baja con respecto a la actual».

En la vertiente mediterránea de la Península Ibérica, las gotas frías y danas han sido una constante histórica. Estas lluvias torrenciales, a menudo repentinas y devastadoras, han moldeado la historia hidrológica de la región. El Barranco del Poyo, cerca de Valencia, ha sido testigo de innumerables tragedias. Es a partir del siglo XIV, cuando comienza a recopilarse información más sistemática y detallada desde un punto de vista cronológico. En la región valenciana, por ejemplo, se han registrado 27 grandes riadas desde 1321 hasta la actualidad, lo que equivale a un promedio cercano a cuatro riadas por siglo.

En 1775, el botánico valenciano Antonio José Cavanilles documentó una de estas riadas, que destruyó casas y campos, causando una pérdida incalculable. La riada de Valencia en 2024, aunque reciente, se inscribe en este mismo patrón histórico. Con un caudal de 2.500 metros cúbicos por segundo, fue menos severa que la de 1982, cuando las aguas alcanzaron un impresionante caudal de 7.500 metros cúbicos por segundo. Estas cifras, junto con los registros históricos, desmienten las afirmaciones alarmistas que atribuyen estos eventos exclusivamente al cambio climático de los últimos años. Las riadas, como la que ha azotado Valencia en 2024 (en un periodo de calentamiento global), no son una novedad. Los registros demuestran que, durante la Pequeña Edad de Hielo, hubo muchos eventos similares igualmente calamitosos. 

El alarmismo climático, que culpa al calentamiento global de todos los desastres naturales, ignora las lecciones del pasado. Los geólogos Enrique Ortega Gironés, José Antonio Sáenz de Santa María Benedet y Stefan Uhlig destacan en su libro Cambios climáticos (2024) cómo las narrativas actuales tienden a simplificar los fenómenos naturales, pasando por alto ciclos climáticos que han existido mucho antes de la Revolución Industrial. La historia está llena de episodios que demuestran la recurrencia de cambios climáticos drásticos.

Uno de los más destacados es el enfriamiento global de 535-536, conocido como la Pequeña Edad de Hielo de la Antigüedad Tardía. El historiador bizantino Procopio de Cesarea documentó cómo «Durante este año tuvo lugar el signo más temible. Porque el Sol daba su luz sin brillo, como la Luna, durante este año entero, y se parecía completamente al Sol eclipsado, porque sus rayos no eran claros tal como acostumbra. Y desde el momento en que eso sucedió, los hombres no estuvieron libres ni de la guerra ni de la peste ni de ninguna cosa que no llevara a la muerte. Y sucedió en el momento en que Justiniano estaba en el décimo año de su reinado». Este enfriamiento, provocado por erupciones volcánicas masivas que generaron un gran velo de polvo en la atmósfera, duró varios años. Las consecuencias fueron terribles: malas cosechas, hambrunas y la propagación de la Peste de Justiniano, que diezmó al Imperio bizantino.

La actividad volcánica ha demostrado ser un actor clave en los cambios climáticos globales, llegando a alterar, en no pocas ocasiones, el curso de la historia. La erupción del volcán Laki en Islandia, que comenzó el 8 de junio de 1783 y se prolongó durante ocho meses, tuvo repercusiones significativas. Enormes cantidades de gases tóxicos, como dióxido de azufre y fluoruro de hidrógeno, fueron liberados y ascendieron a las capas superiores de la atmósfera. La dispersión de estos gases formó una densa niebla que cubrió Europa, provocando problemas respiratorios en la población y reduciendo la luz solar, lo que llevó a un enfriamiento temporal del planeta. Este descenso de las temperaturas resultó en inviernos más severos y veranos inusualmente calurosos, afectando negativamente las cosechas y desencadenando hambrunas en diversas regiones.

En Francia, la crisis agrícola y la escasez de alimentos generaron un profundo malestar social. La combinación de sequías y lluvias intensas arruinó las cosechas, exacerbando la pobreza y el hambre entre las clases más desfavorecidas. Este contexto de descontento y desesperación fue un factor que, según muchos historiadores, contribuyó al estallido de la Revolución Francesa en 1789. También la erupción del Tambora en Indonesia, el 10 de abril de 1815, expulsó inmensas cantidades de ceniza a la atmósfera, reflejando la radiación solar y provocando un enfriamiento significativo. El «año sin verano» de 1816, consecuencia directa del Tambora, llevó a crisis alimentarias en Europa y América del Norte. Estos eventos nos recuerdan que la naturaleza tiene mecanismos propios para alterar el clima, ajenos al hombre, y a menudo con aciagas consecuencias para la humanidad.

En suma, los períodos de enfriamiento han demostrado ser mucho más perjudiciales para la humanidad que los períodos de calor. Mientras que el Óptimo Climático Medieval facilitó exploraciones, avances tecnológicos y prosperidad económica, los siglos de frío trajeron hambre, pandemias y conflictos. También lo vemos en el periodo de calentamiento que estamos viviendo desde hace casi 200 años. Así lo resumen los geólogos anteriormente citados: «Con el aumento de temperatura [a partir de la segunda mitad del siglo XIX], los períodos vegetativos se fueron alargando, las heladas de primavera fueron menos frecuentes, más cortas y menos intensas. En realidad, deberíamos alegrarnos de esta evolución, en vez de demonizar el periodo cálido actual, que ha favorecido el enorme desarrollo de la humanidad.

El calentamiento ha permitido también que las rutas marítimas del nordeste y noroeste, al norte de los continentes euroasiático y americano, estén libres de hielo flotante durante varios meses al año, permitiendo la utilización de rutas más rápidas entre el Atlántico y el Pacífico, además de la posibilidad de realizar pesquerías de forma estable en latitudes del Océano Ártico muy alejadas del trópico de Capricornio. Esta situación tampoco es nueva. A lo largo de la historia, se puede verificar que los períodos cálidos han sido siempre etapas de prosperidad cultural y civilizadora, como ocurrió, por ejemplo, hace unos 2000 años durante el apogeo del Imperio romano.

En general, la existencia de condiciones climáticas benignas permitió mejores cosechas, el aumento de la población, la división del trabajo por especialidades, el incremento del comercio suprarregional, la prosperidad y el aumento de las inversiones en cultura y educación. Resulta indicativo que durante los siglos XII y XIII se fundaron miles de ciudades en Europa. Sin embargo, los períodos fríos, tanto en Europa como en Asia, estuvieron marcados por hambrunas, enfermedades, guerras y migraciones de pueblos enteros».

sábado, 23 de marzo de 2024

CAROLYN PORCO Y LA ENERGÍA NUCLEAR.

 

Carolyn Porco y Isabelle Boemeke delante de la planta de energía nuclear de Diablo Canyon, condado de San Luis Obispo,California, USA, diciembre de 2021. (Crédito: Carolyn Porco)

Pero ¿Y quién es Carolyn Porco?, ¿y porqué me importa su opinión? Bueno, Porco es una astrónoma nacida en Estados Unidos descendiente de emigrantes italianos, y muy conocida en el ámbito científico por su trabajo en las naves Voyager de la NASA, la misión Cassini-Huygens de la NASA/ESA, y New Horizons. Gracias a ella y su equipo conocemos bastante el funcionamiento de los anillos de Saturno y que Encélado, una de sus lunas, tiene océanos de agua líquida. También fue impulsora con Carl Sagan (Nueva York, 9-11-1934-Seattle/20-12-1996) de la fotografía icónica tomada por la nave Voyager I, fue titulada bucólicamente: UN PUNTO AZUL PÁLIDO. Trabajó de consultora en la película basada en la novela CONTACT escrita por Carl Sagan, el personaje de Jodie Foster en parte es ella.

Con Ann Druyan y un comité de la NASA presidido por Carl Sagan participó en el famoso DISCO DE ORO DE LAS VOYAGER (naves I y II, lanzadas en agosto y septiembre de 1977) que se tituló THE SOUNDS OF EARTH, con saludos en 56 idiomas (desde el antiquísimo Sumerio de las tablillas cuneiformes, hasta el Esperanto) también sonidos diversos (desde la lluvia hasta el beso de una madre a un niño) y música de muchos estilos y lugares del mundo, Carl Sagan influido por Carolyn Porco (una fanática de los de Liverpool) quería incluir la canción "HERE COMES THE SUN" de THE BEATLES, pero se había disuelto en 1970, la relación entre John, George, Paul y Ringo era regular y creían más en el misticismo budista que en la astrofísica, aunque para ser correctos, los cuatro componentes de los BEATLES tampoco se opusieron, fue la compañía discográfica EMI, entonces la propietaria de los derechos, luego Michael Jackson, la que se negó si no había dinero de por medio. Así la canción "JOHNNY B. GOODE" de CHUCK BERRY ocupó su lugar en el Rock and Roll que perdurará miles de años hasta que alguna civilización extraterrestre intercepte la nave y aprenda a manejar un tocadiscos.

Reproduzco (con permiso auto concedido) una entrevista de Isabelle Boemeke (una modelo brasileña dedicada a las redes sociales e interesada por temas científicos) a Carolyn Porco. Viene a cuento por el sempiterno debate de la energía, que ya traté hace años tras el accidente de Fukusima, Porco, con una biografía sin duda marcada por la defensa medioambiental (antes de la demagogia y la política sensacionalista de alarma climática) es de las que se opusieron a lo nuclear (sin duda por las bombas atómicas) y luchó con Carl Sagan (abajo está la foto de 1987) oponiéndose a unas pruebas en el desierto de Nevada -USA-, Sagan acabó arrestado. Porco, como científica, defiende que la tecnología es la clave para salvar el planeta de nosotros mismos, es evidente que lo llevamos trasformando desde que existimos como especie, cosa que también hacen los demás seres vivos, con la diferencia que nuestra trasformación es exponencial al número de seres humanos que habitamos la Tierra, el peligro es nuestro increíble éxito evolutivo. Porco aboga por la utilización de  REACTORES DE SALES FUNDIDAS para crear electricidad que no desprenda CO2, los MSR -sus siglas en inglés- una clase de reactor de fisión en el que el refrigerante primario y el combustible es una mezcla de sal fundida con material fisionable. En 2023, China anunció el encendido de TMSR-LF1, una unidad de Torio. Los MSR eliminan la posibilidad de una fusión nuclear, también el riesgo de explosiones de hidrógeno -lo que sucedió en Fukisima- son reactores más sencillos, baratos, y eficientes, el problema es la corrosión que producen las sales calientes, y su composición cambiante a medida que es trasmutada por el flujo de neutrones. (Wikipedia es el Santo Grial)

La primera foto es la entrevistada y la entrevistadora delante de la planta nuclear de Diablo Canyon en California que la administración norteamericana pretendía cerrar, y las protestas han logrado que se retrase a 2030.

La protesta del 5 de febrero de 1987 contra la proliferación de armas nucleares en el sitio de pruebas de Nevada, cerca de Las Vegas. Sagan hablando en la imagen. (Crédito: Carolyn Porco)

¿Cómo llegó a ser un defensor de la energía nuclear?

En enero de 2011, durante una visita a Pasadena, California, para una reunión de Cassini en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), la organización que gestionaba el proyecto Cassini para la NASA, me enteré de una conferencia que iba a dar en Caltech un reconocido y altamente competente astrofísico cuya reputación conocía bien. Su nombre era Frank Shu, y junto con mi asesor de tesis y el colaborador de mi asesor, fue uno de los arquitectos de la disciplina científica en la que trabajé para mi tesis… el estudio de los anillos planetarios. Era un talentoso, uno de los nueve profesores universitarios distinguidos del sistema de la Universidad de California, ex presidente de la principal universidad de investigación de Taiwán y ganador del Premio Shaw, considerado el Premio Nobel de Oriente. No dejas pasar la oportunidad de escuchar hablar a alguien así. Asistí a su conferencia y me sorprendió gratamente saber que ahora estaba usando su intelecto y su tiempo tratando de descubrir qué hacer con la crisis climática. Su conferencia versó sobre la energía nuclear. Era profesionalmente un experto en la estructura, composición y comportamiento de las estrellas por lo que entendía la radiactividad y la estructura del núcleo atómico a un nivel muy profundo. Estaba impulsando un diseño de reactor que consideraba superior a los diseños comunes que se habían utilizado durante décadas. Su diseño utilizó sal fundida como refrigerante y combustible y torio radiactivo como combustible reproductor. En un reactor de este tipo, si hay un problema y el combustible se calienta demasiado, se expande, la densidad disminuye y las reacciones cesan hasta que se enfría. En otras palabras, las fusiones son imposibles porque el combustible ya está fundido. Una afirmación que Frank hizo ese día realmente me quedó grabada: "Un reactor así se comporta como el Sol". Pensé que eso fue brillante. La conferencia de Frank fue tan reveladora y su propuesta parecía tan prometedora que me interesé mucho en el tema y comencé a estudiarlo. Finalmente me convencí de que la energía nuclear es la mejor fuente de energía que existe y, a gran escala, mejor que la eólica, mejor que la solar. Decidí que la forma más eficaz de contribuir a la solución de la crisis climática era anunciar mi propio apoyo en las redes sociales. Fue entonces cuando comencé a twittear sobre ello. ¡Uno de esos Tweets es el que viste y el resto es historia!

 

Carolyn Porco y el equipo de la Cassini en Abbey Road.

¿Por qué crees que tanta gente confunde las armas nucleares con la energía nuclear?

¿Puedes pensar en una industria que haya tenido un peor despliegue que la nuclear? La primera demostración del tipo de energía que podría salir del núcleo de un átomo fueron acontecimientos de destrucción masiva grotesca, horrenda y sin precedentes. (Por supuesto, me refiero a los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en 1945.) Incluso si se trata simplemente de ser un testigo televisivo, ese es el tipo de experiencia que nunca te abandona y no es el tipo de primera impresión que querrías causar. a otros si esperas convencerlos de que algo puede usarse para bien. Y para colmo, ¿les dices: 'Ah, ¿y queremos poner esto en tu patio trasero’? No es una estrategia sensata. Pero ese fue, de hecho, el telón de fondo de la primera sugerencia de energía nuclear civil. Desde entonces, la batalla por las centrales nucleares ha sido larga y cuesta arriba. Además, la mayoría del público que escucha no entiende la distinción técnica entre bombas y reactores nucleares. Creo que el miedo les impide asimilar la noción de que la cantidad y el tipo de material nuclear y lo que se hace con él son las distinciones fundamentales entre bombas y reactores. Sospecho que la mayoría de la gente tiene la misma ignorancia sobre el funcionamiento de sus automóviles. No es necesario entender la mecánica de un automóvil para conducirlo, por lo que entramos y salimos de ellos felizmente y sin pensar todos los días. ¡Pero la gente tampoco ha visto nunca un automóvil utilizado para matar a 140.000 personas de una sola vez! Si lo hubiéramos hecho, tal vez todavía estaríamos usando carruajes tirados por caballos. Veo el aumento actual, especialmente entre los jóvenes, en la aceptación de la energía nuclear como resultado de varios hechos. En primer lugar, tenemos muchos reactores en todo el mundo que han estado en funcionamiento durante décadas con sólo 2 accidentes realmente notables... Chernobyl y Fukushima. Han pasado 79 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y nunca en ese tiempo hemos visto una bomba nuclear utilizada en una guerra. Por lo tanto, los jóvenes no tienen ni la memoria ni el miedo a la detonación de una bomba nuclear, ni tienen la reacción negativa, instintiva, arraigada y de larga data que tienen sus mayores. Hay una vieja expresión: "La ciencia avanza un funeral a la vez". Creo que en este caso la expresión adecuada podría ser: "Las sociedades humanas avanzan una generación de funerales a la vez". Temores como este tardan mucho en desarraigarse.

 

¿Alguna vez tuviste el mismo problema?

No. Yo estudiaba física y por eso estaba familiarizado con conceptos básicos como la densidad de masa crítica.

 

Fuiste parte de la misión Cassini, que utilizó una batería nuclear. Usted ha mencionado que la gente estaba muy preocupada por eso. ¿Cuáles fueron algunos conceptos erróneos comunes que tenían sobre los peligros de Cassini?

Algunos meses antes del lanzamiento de Cassini el 15 de octubre de 1997, la oficina de asuntos públicos del JPL me eligió para ser uno de los portavoces del proyecto Cassini en la cuestión de los generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG) que Cassini llevaba para generar energía. El material radiactivo que contienen es plutonio-238, que, por cierto, no es fisible y no puede soportar una reacción en cadena como en una bomba. En un RTG, el plutonio está unido al oxígeno en forma de cerámica, PuO2 o dióxido de plutonio. La desintegración radiactiva natural del plutonio calienta la cerámica a temperaturas tremendas y ese calor se convierte en electricidad. Cassini transportaría la mayor cantidad de PuO2 jamás llevada al espacio. En el momento del lanzamiento, creció un movimiento, encabezado por Michio Kaku, un conocido profesor de física del City College de Nueva York, que se oponía al lanzamiento por los peligros que veía. Les preocupaba que la explosión de un cohete en el lanzamiento esparciera polvo de dióxido de plutonio radiactivo por todo el sur de Florida, y que un reingreso accidental a la atmósfera de la Tierra y la incineración de Cassini durante el sobrevuelo de la Tierra en 1999 esparcirían suficiente material por todo el mundo como para tener consecuencias globales nefastas. . "La sustancia más tóxica conocida por el hombre" era el eslogan de la época para describir el plutonio. De hecho, esa fue una declaración hecha por Ralph Nader en 1975 en un debate sobre la energía nuclear, en la que también dijo: "Una libra de plutonio podría matar a todos los seres humanos de la Tierra". Ambas declaraciones se repitieron respecto a Cassini. Ninguna de estas afirmaciones es cierta en el mundo real. El plutonio no es ni de lejos la sustancia más tóxica; Al parecer, la toxina botulínica sí lo es. Además, para matar a todos los seres humanos de la Tierra, se tendría que introducir especialmente un poco de polvo de PuO2 en los pulmones de cada ser humano de la Tierra y tendría que permanecer allí durante un tiempo y no ser expulsado al toser. Esto no habría sido nada probable durante el sobrevuelo de la Cassini a la Tierra. Participé en entrevistas y debates y escribí un artículo de opinión para explicar los hechos. En realidad, educar al público es un trabajo y una responsabilidad interminables. Nosotros, que hemos trabajado con conceptos científicos toda nuestra vida, podemos olvidar fácilmente lo complejas y confusas que pueden parecer las cosas a quienes no están lavados. Pero debemos continuar con ello, especialmente en este caso, porque está en juego la salud misma del planeta y de las criaturas que viven en él.

 

Usted ha sido un firme defensor de la energía nuclear a lo largo de su carrera. ¿Alguna vez ha enfrentado críticas por esto dentro de la comunidad científica?

Bueno, en realidad sólo durante los últimos 13 años he hablado de ello. En ese tiempo, claro, me metí en discusiones en las redes sociales al respecto y algunas de esas personas, supongo, eran científicos. Pero nadie en mi comunidad de científicos ha sido crítico, al menos hasta donde yo sé.

 

Usted trabajó muy de cerca con Carl Sagan, quien era un activista anti-armas nucleares muy vocal. ¿Alguna vez compartió con usted sus puntos de vista sobre la energía nuclear?

No, nunca hablamos de eso y nunca escuché a Carl decir nada en persona o de otra manera sobre los reactores nucleares hasta hace poco, en los últimos años, cuando este video comenzó a circular en las redes sociales. Es el testimonio de Sagan ante el Congreso en 1985 sobre el cambio climático. A las 12:35, pregunta: "¿Qué se puede hacer al respecto?" Él responde i) menos subsidios gubernamentales [a la industria petrolera] y ii) fuentes alternativas. Menciona la energía solar y luego "las centrales eléctricas de fisión seguras, que en principio son posibles y, a largo plazo, la perspectiva de la energía de fusión. Las centrales eléctricas de fisión y de fusión no emiten gases activos infrarrojos"Esto lo dijo antes del accidente de Chernobyl, ocurrido en abril de 1986. Sé que habló en contra de las armas nucleares después del accidente de Chernobyl, pero no sé si llegó tan lejos como para oponerse inequívocamente a los reactores nucleares después del accidente. Carl era una persona muy bien razonada. Seguramente vería los beneficios de la energía nuclear segura y, como yo, vería la distinción entre el accidente de Chernobyl –un reactor de mal diseño operado por operadores mal capacitados– y lo que construimos y cómo operamos en Estados Unidos.

 

¿Cree que accidentes como el de Chernobyl son una advertencia para nosotros de que debemos considerar la energía nuclear demasiado peligrosa y rechazarla?

El accidente de Chernobyl no tiene relación con nuestras actividades nucleares civiles aquí en Estados Unidos. Los reactores de Chernobyl, que utilizaban un diseño defectuoso exclusivo del Bloque del Este de la Unión Soviética, entraron en funcionamiento a principios de los años 1970. Eso significa que se construyeron durante la década de 1960. En ese momento, Estados Unidos estaba en una carrera con la Unión Soviética para llegar a la Luna. Como todos sabemos, Estados Unidos ganó cómodamente y por una muy buena razón. Cuando Gorbachov se convirtió en líder soviético en 1985 y la apertura de la glasnost permitió un intercambio más libre de información entre Estados Unidos y la Unión Soviética, aprendimos que los rusos nunca tuvieron ninguna posibilidad contra nosotros de llegar a la Luna. Nuestros estándares de ingeniería, conocimiento tecnológico y cultura de seguridad eran superiores a los de ellos. Y lo mismo se aplica a la central nuclear de Chernóbil. Así que, en mi opinión, es una equivalencia falsa señalar el accidente de Chernobyl y decir que, por lo tanto, la energía nuclear es peligrosa en todas partes. ¿Señalamos la energía eléctrica y decimos, cuando alguien se electrocuta o un transformador de la red eléctrica explota y provoca un incendio mortal, que debemos dejar de usar electricidad? Por supuesto que no. En cambio, nos esforzamos por hacerlo más seguro. Los antecedentes demuestran que la energía nuclear puede convertirse en algo muy seguro.

 

¿Cómo cree que ha cambiado la opinión pública sobre el uso de reactores nucleares para generar electricidad?

Está mejorando mucho porque hemos visto durante décadas la prueba de concepto en todo el mundo. Han pasado muchos años desde la década de 1970 y hemos visto la superioridad de la energía nuclear (su falta de gases de efecto invernadero, su persistencia y capacidad de despacho) sobre las fuentes renovables habituales durante ese tiempo. Como dije anteriormente, las generaciones más jóvenes miran toda la evidencia sin prejuicios. Las generaciones mayores todavía cargan con esos viejos miedos e ideas. Tengo esperanzas de que la juventud prevalezca.

 

¿Qué le da esperanza para un futuro impulsado por energía nuclear?

Internet y las redes sociales han cambiado muchas cosas, para bien y para mal, pero en mi opinión lo mejor es el acceso a la información. Como resultado, creo que ahora la gente en general, incluido yo mismo, somos mucho más conscientes de los cambios perjudiciales que la civilización humana está provocando en el clima y la biosfera, y muchos de nosotros queremos saber qué se va a hacer al respecto, y qué podemos hacer para detenerlo. Para las generaciones más jóvenes, que tienen la mayor parte de sus vidas por delante, es una cuestión de gran importancia. Si no arreglamos este barco, serán ellos y su progenie quienes sufrirán. El futuro es de ellos y así lo conseguirán.

Abbey Road. The Beatles, 1969.



 

viernes, 22 de julio de 2022

Björn Lomborg y la verdad incómoda.



Boletin informativo

Björn Lomborg

La hipocresía climática del mundo rico


La respuesta del mundo desarrollado a la crisis energética mundial ha puesto de manifiesto su actitud hipócrita hacia los combustibles fósiles. Los países ricos advierten a los países en desarrollo que usen energías renovables. Recientemente, el G7 llegó a anunciar que ya no financiaría el desarrollo de combustibles fósiles en el extranjero.

Mientras tanto, Europa y EE. UU. ruegan a las naciones árabes que amplíen la producción de petróleo. Alemania está reabriendo centrales eléctricas de carbón, y España e Italia están gastando mucho en la producción de gas africano. Tantos países europeos han pedido a Botswana que extraiga más carbón que la nación duplicará con creces sus exportaciones.

Lomborg escribe en The Wall Street Journal que, en lugar de bloquear egoístamente el camino hacia el desarrollo de otros países, las naciones ricas deberían hacer lo sensato e invertir significativamente en la innovación necesaria para hacer que la energía verde sea más eficiente y más barata que los combustibles fósiles. Así es como puede hacer que todos cambien a alternativas renovables. Insistir en que los pobres del mundo viven sin energía abundante, confiable y asequible prioriza la señalización de la virtud sobre la vida de las personas.

La historia con moraleja del experimento orgánico de Sri Lanka


Una de las muchas cosas que salieron mal en el caos de Sri Lanka fue la determinación del ex presidente de hacer la transición de la producción de alimentos del país a productos orgánicos. Esta política no produjo más que miseria.
Evitar los fertilizantes hizo que la producción de arroz cayera un 20 % en los primeros seis meses después de que se implementó el cambio a la agricultura orgánica. El invierno pasado, los agricultores predijeron que la producción de té podría caer hasta en un 40%. Los precios de los alimentos aumentaron; el costo de las verduras se quintuplicó. Las protestas finalmente obligaron a Sri Lanka a renunciar en su mayor parte a su incursión orgánica, pero demasiado tarde para rescatar gran parte de la cosecha de este año.

Es una lección importante para el resto del mundo dejar de lado la obsesión autoindulgente con lo orgánico y enfocarse en enfoques científicos y efectivos que puedan alimentar al planeta durante una época de escasez mundial de alimentos.


Lea el artículo de Bjorn Lomborg para periódicos de todo el mundo, incluidos China Daily , Economic Times (India), Business Day (Sudáfrica), varios periódicos estadounidenses, incluidos Houston Chronicle , Boston Herald y Press of Atlantic City , The Globe and Mail (Canadá), Handelsblatt (Alemania), Milenio (México), El Tiempo (Colombia), Jakarta Post (Indonesia), The Australian , Le Point (Francia), O Globo (Brasil), Jyllands-Posten (Dinamarca), Svenska Dagbladet (Suecia), Tempi (Italia), Bergens Tidende (Noruega), Postimees (Estonia), Finmag (República Checa), Portfolio (Hungría), La Tercera (Chile), La Prensa (Nicaragua), El Universo (Ecuador), El Universal (Venezuela) , The Punch (Nigeria), Addis Fortune (Etiopía) y Daily Graphic (Ghana, solo impreso).

La energía cara no acelera la transición verde


Las élites políticas no pueden seguir impulsando costosas políticas verdes sin una reacción violenta. A medida que los precios se disparan, aumentan los riesgos de resentimiento y conflicto, como estamos viendo con la protesta de los granjeros holandeses o Francia con el movimiento de protesta de los “chalecos amarillos”.

Pero a pesar de los aumentos masivos de precios de los combustibles fósiles, no estamos más cerca de resolver el cambio climático. Las fallas de la energía verde son la razón por la cual las emisiones de carbono siguen aumentando. El año pasado se registraron las emisiones globales más altas de la historia. Este año es probable que sea más alto de nuevo. La política climática está rota. En lugar de forzar el aumento del precio de los combustibles fósiles, los legisladores deben centrarse en hacer que la energía verde sea mucho más barata y eficaz.

Lea la última columna distribuida globalmente de Bjorn Lomborg en publicaciones como New York Post (EE. UU.), Financial Post (Canadá), The Australian , Berlingske (Dinamarca), de Telegraaf (Países Bajos), Tempi (Italia), Listy z naszego sadu (Polonia ) y Addis Fortune (Etiopía).

También discutió el tema en FOX Business Network .

La protesta de los agricultores holandeses es una muestra de lo que vendrá


La protesta de los granjeros holandeses muestra lo que está mal en la formulación de políticas ambientales. A los políticos les encanta hacer promesas ecológicas que suenen bien, pero no tienen intención de implementar políticas muy costosas. Eventualmente, los ambientalistas forzaron la mano del gobierno holandés a través de un caso judicial.

La promesa de cero neto probablemente podría seguir un camino muy similar. A pesar de su retórica, los políticos evitarán implementar recortes de emisiones increíblemente costosos y, por lo tanto, muy impopulares. Pero si son demandados en los tribunales, tal vez se vean obligados a implementarlos. Es probable que sigan revueltas de ciudadanos.

Vea la entrevista de Lomborg en FOX News .

'Falsa alarma' en todo el mundo


El libro más vendido de Bjorn Lomborg, Falsa alarma *, ahora está disponible en más de una docena de idiomas, incluidos alemán, checo, chino, finlandés y muchos más.

Hace unos meses, Lomborg viajó a Oslo para lanzar una traducción al noruego .

* Como Asociado de Amazon , Copenhagen Consensus gana con las compras que califican .

Lomborg en las redes sociales:



Gracias a una mejor adaptación, las muertes por calor descienden en España

A nivel mundial, el aumento de las temperaturas significa menos muertes relacionadas con la temperatura


Alemania reemplazó la energía nuclear principalmente con carbón, lo que provocó una costosa contaminación del aire

La generación de energía a carbón alcanzó un récord mundial


Covid escuela cierra desastre global

En muchos países más pobres, la mayoría de los niños no aprenden lectura y aritmética básica

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Evropská posedlost klimatem přerostla v hazard s penězi
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Sobre Bjorn Lomborg y el Consenso de Copenhague


El Dr. Bjorn Lomborg investiga las formas más inteligentes de hacer el bien en el mundo y ha sido nombrado repetidamente uno de los 100 principales intelectuales públicos de Foreign Policy.

Es autor de varios libros superventas, miembro visitante de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, y ha trabajado con muchos cientos de los mejores economistas del mundo, incluidos siete premios Nobel.

Lomborg es un comentarista frecuente en medios impresos y de difusión, para medios como el Wall Street Journal, el New York Times, el Times of India y el China Daily. Sus columnas mensuales se publican en decenas de periódicos de todos los continentes.

El Centro de Consenso de Copenhague fue nombrado Think Tank del año en asuntos internacionales por la revista Prospect. En repetidas ocasiones, la Universidad de Pensilvania lo clasificó en primer lugar en su descripción general global de los think tanks.
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David Lesmann
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ea@lomborg.com
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