jueves, 16 de diciembre de 2021

James Webb, Ariane 5 y Un punto azul pálido de Carl Sagan

 


“Futuras generaciones de telescopios serán capaces de captar la luz de un número enormemente mayor de galaxias distantes, que hoy nos resultan completamente desconocidas. El campo visual que abarca esta imagen corresponde a un pequeño cuadrado en el cielo de menos de un uno por ciento del área angular aparente de la Luna. Por ello no representa más que una cienmillonésima del cielo. El número total de estrellas en este campo de visión asciende a 100 billones. El número de planetas, completamente enorme.” Carl Sagan


Carl Sagan escribió “Un punto azul pálido” en 1994, dos años antes de su fallecimiento, en cierta forma es la continuación de “Cosmos”. El telescopio Hubble había sido puesto en órbita en 1990, pero hasta 1993 sin resultados estimables por culpa de un error en la fabricación de la lente, fue la misión STS-61 del transbordador Endeavour la que la corrigió y a partir de entonces comenzó a ofrecernos las más bellas imágenes del espacio profundo. El capítulo 3 comienza con una de esas primeras fotografías del Hubble, es la periferia del cúmulo galáctico Coma, que se halla a 370 millones de años luz de distancia. Todos los objetos que aparecen en la fotografía son galaxias, en el centro la NGX 4881, una elíptica gigante.


Después de múltiples retrasos, incrementos de presupuesto, retos tecnológicos, situaciones al borde de abismo, puede que estemos en las puertas de un acontecimiento histórico, sí, histórico de verdad, en el uso acertado de un epíteto, pese al desgaste que sufre ese calificativo ante cualquier otra banalidad de situación en que se usa.

Y digo: “puede que estemos”, por los imponderables que concurren, hablo de motores eléctricos, sensores, errores de software, muelles, palancas, remaches, pasadores, tuercas, cables de comunicación, sirgas, tensores, hardware, muchas cosas pueden salir mal en una máquina tan compleja, que debe operar sola y que su posibilidad de reparación es exigua; la NASA ha contado hasta 344 procesos mecánicos que pueden salir mal. También puede fallar el propio lanzamiento, y la expansión de la antena de alta ganancia, y el despliegue de un telescopio doblado como un origami. 

El telescopio espacial James Webb será lanzado por el cohete Ariane 5 el próximo día 24 de diciembre de 2021, o tal vez no, en todo caso lo importante no es la fecha, sino que un proceso tan extremadamente complicado sea un éxito.  



James Webb era el administrador de la NASA cuando la NASA obtuvo sus más destacados logros, es decir con el programa Apollo y la llegada del primer hombre a la Luna, ese es el motivo de bautizar al mayor telescopio de la historia con su nombre: invocar a la suerte.



El James Webb podrá ver 100 veces más que el telescopio Hubble, y eso tal vez no suponga un cambio para la común vida que habita el planeta, que seguirá levantándose temprano para ir a trabajar, soportando al jefe, al compañero y al cliente, a los vecinos y al gobierno, y seguirá quejándose del tiempo, de su suerte, visitando internet, compartiendo experiencias, haciendo amigos, sintiéndonos bien por el simple hecho de seguir estando aquí. La diferencia es que “ver 100 veces más que el telescopio Hubble”, significa tener 100 veces más conocimiento, más posibilidades de responder a las preguntas transcendentes, de saber, tal vez, si hay más “común vida” habitando otros planetas.  

El Ariane 5 es uno de los cohetes más fiables de la tecnología aeroespacial, con una efectividad del 95 %.  Es un cohete de usar y tirar de la Agencia Espacial Europea (ESA), diseñado y construido por EADS SPACE. Arianespace se encarga de la gestión de las misiones y la comercialización, como parte del programa Ariane. EADS SPACE Transportation construye los cohetes en Europa y Arianespace los lanza desde el centro espacial de Kourou, en la Guayana Francesa.