sábado, 26 de julio de 2008

LA SAGA HUMANA

Un libro de Juan Luis Arsuaga
Ilustraciones de Adríe Kennís y Alfons Kennís
-“A Charles Darwin, el principal descubridor de la teoría de la evolución, le sorprendía mucho que los hombres y las mujeres tuviéramos unos caninos tan pequeños, cuando los de los monos son siempre grandes, sobre todo en los machos. ¿Por qué habremos renunciado a unas armas tan útiles?, se preguntaba este eminente científico. Seguramente, en el curso de nuestra evolución, las habremos sustituido por las armas, pensaba.”
-“Los chimpancés son, evolutivamente, nuestros hermanos, y por lo tanto no podemos mirarlos como nuestros padres.”
-“No hay mamífero social que no disponga de eficaces mecanismos para controlar la violencia, con pautas de apaciguamiento que bloquean la agresión y protegen a los débiles frente a los fuertes, de modo que se mantenga el orden jerárquico sin que se vierta demasiada sangre, pero nosotros los hemos superado a todos a la hora de organizar la convivencia.”
-“En los momentos más crudos de las glaciaciones, las grandes praderas se extendían infinitas, monótonas, inacabables, por gran parte de Europa y Asia. En ellas pastaban hatos de caballos, bisontes, renos, bueyes almizcleros, antílopes saiga, mamuts, rinocerontes lanudos, ciervos…Los leones de piel canela y melena corta los acechaban en grupo, desplegándose para cortarles la salida.”
-“En nosotros, los humanos modernos, el pelo de la cabeza crece muchísimo, claramente más que el del resto del cuerpo. Los hombres, además, tienen barba, que también crece y crece si no se afeita. Los chimpancés en cambio no van a la peluquería, ni tienen que afeitarse, porque el pelo de la cabeza y el de la cara no es más largo que el del resto del cuerpo. En otras palabras, el Homo sapiens tiene poco pelo en el cuerpo, una originalidad de nuestra especie, y en cambio muestra cabello y barba, que también son únicos en el panorama de los primates. No somos monos completamente desnudos.”
-“¿Para qué servirá que el pelo de la cabeza sea tan largo? No tengo contestación para esa pregunta y tampoco sé en que momento de la evolución humana aparecieron el cabello y la barba de crecimiento continuo. Aquí suponemos que hace 400.000 años ya existían, pero no hay pruebas.”
-“En Europa, y en gran parte de Asia, no hay productos vegetales adecuados para el consumo humano durante la mayor parte del año. Dicho de otro modo, solo a finales de verano y en el otoño, en la época de los frutos, podemos alimentarnos de plantas.”
-“Si nos detenemos un momento a imaginar cómo sería la vida de cada día de un grupo humano en los alrededores de un campamento prehistórico, tendríamos una escena costumbrista. Quizá no veríamos a los cazadores, que se habrían ido lejos en busca de una gran presa, un animal de prestigio, del que poder enorgullecerse, que daría comida para muchos días a toda la banda y que haría producir ruido de tripas, primero, y luego gruñidos de satisfacción.”
-“Hay que imaginar unos seres humanos que vivían en plena naturaleza, que verían a los animales de una forma completamente distinta a como los vemos nosotros en un zoológico y que tenían un sentimiento sagrado y trascendente de los paisajes que habitaban.” “Y también hay que recrear, para comprenderlos, una sociedad ansiosa de entender el mundo y lo que pasa en él, o sea, de explicar lo inexplicable, genial tejedora y ávida devoradora de historias.”
-“En la historia de la caza, y de la guerra, si queremos llamarla así, o de la agresión entre personas, ha habido una lenta mejora del armamento, que, eso sí, se ha acelerado en los últimos siglos y termina con la bomba de hidrógeno.”
-“La mente simbólica permitió aumentar el tamaño de la comunidad, que hasta entonces solo estaba basada en el parentesco y que se componía de individuos que se conocen, como en el resto de los mamíferos sociales.”
-“Porque cada vez que hablamos del mar embravecido, del río alegre y charlatán, de la altivez del águila, de la dignidad de la montaña, de la crueldad del invierno, de la caricia del sol, de la astucia del zorro o de la austeridad de la sabina, les estamos atribuyendo personalidad.”