jueves, 24 de febrero de 2022

Putin ataca Ucrania, o Grossman y Littell


Unos fragmentos de Vida y Destino(1959) de Vasili Grossman, palabras que sobrecogen en estos momentos de oprobio e indignación, tal vez reflejan lo que hoy está ocurriendo en el este de Europa: 

“El fascismo y el hombre no pueden coexistir. Cuando el fascismo vence, el hombre deja de existir, quedan sólo criaturas antropoides que han sufrido una transformación interna. Pero cuando es el hombre, el hombre dotado de libertad, razón y bondad, el que vence, es el fascismo el que muere y aquellos que se habían sometido a él vuelven a ser hombres.”

“Sagaidak comprendía estos asuntos mejor que nadie. Durante mucho tiempo había trabajado en un periódico; primero había dirigido la sección de información, después la sección de agricultura; luego, durante casi dos años, fue redactor del principal periódico de Kiev. Consideraba que el principal objetivo de su periódico era instruir al lector y no ofrecer sin análisis información caótica sobre los acontecimientos más diversos, a menudo fortuitos. Si el redactor jefe Sagaidak lo estimaba oportuno podía obviar cualquier acontecimiento: guardar silencio sobre una pésima cosecha, un poema ideológicamente poco apropiado, un cuadro formalista, una epizootia de ganado, un terremoto, el hundimiento de un acorazado, no ver la fuerza de una ola oceánica que de golpe había engullido a miles de personas, o un enorme incendio en una mina. A su modo de ver estos acontecimientos no tenían significado y, por tanto, no debían ocupar la mente del lector, el periodista o el escritor.”

“-Ah, queridos amigos –exclamó de repente Madiárov-, ¿os imagináis lo que es la libertad de prensa? Una hermosa mañana después de la guerra abrís el periódico y en lugar de encontrar un editorial exultante, o la habitual carta de los trabajadores al gran Stalin, o un artículo acerca de la brigada de fundidores de obreros que han trabajado un día extra en honor a las elecciones del Sóviet Supremo, o las historias sobre los trabajadores de Estados Unidos que han acogido el nuevo año en una situación de desesperación por el paro creciente y la miseria, imaginad que encontráis… ¡Información! ¿Os imagináis un periódico así? ¡Un periódico que ofrece información!”

“El misterio de los misterios de la guerra, su carácter trágico, consistía en el derecho que tenía un hombre de enviar a la muerte a otro hombre. Este derecho se basaba en la suposición de que los hombres iban a enfrentarse al fuego enemigo en nombre de una causa común.”



Un fragmento de Las Benévolas (2006) de Jonathan Littell, sobre la ocupación nazi de Ucrania y el Cáucaso, para el caso, lo mismo:

“…la maquinaria del Estado está hecha de la misma aglomeración de arena deleznable que aquello que muele, grano a grano. Existe porque todo el mundo está de acuerdo en que exista, y lo están incluso, con gran frecuencia, y hasta el último minuto, sus víctimas. Sin los Höss, los Eichmann, los Goglidze, los Vychinski, pero también sin los guardagujas, los fabricantes de hormigón y los contables de los ministerios, un Stalin o un Hitler no son sino un odre henchido de odio y de terrores estériles.”

“Tenías una casa, vacas, latas de conserva. ¿Qué carajo viniste a hacer a nuestra tierra, pridurok?”


Europa Central y el Este, la frontera del Telón de Acero en la Guerra Fría, aquella que algunos "nostálgicos" del régimen soviético parecen  añorar.


Dividir Ucrania bajo la influencia nacionalista rusa es atacar a Europa. 
El mapa refleja la situación si las ideologías nacionalistas y supremacistas (lengua, etnia, religión, agravios históricos) consiguieran triunfar. 
Tal vez, el rompecabezas más difícil del mundo.