domingo, 20 de julio de 2014

Grandes series: THE NEWSROOM


 "—— ¿Que hace a Estados Unidos el mejor país del mundo?
 ——Y sí... usted, chica de la fraternidad. Sólo en caso de que vayas accidentalmente a una cabina de votación un día, hay algunas cosas que  debes saber, y una de ellas es: que no hay absolutamente ninguna evidencia para apoyar la afirmación de que somos el mejor país del mundo. Estamos en la posición 7 de alfabetización, 27 en matemáticas, 22 en ciencias, 49 en esperanza de vida, el 178 de  mortalidad infantil, tercero en el ingreso familiar promedio, el número 4 en  fuerza de trabajo, y el número 4 en las exportaciones. Somos líderes en el mundo en sólo 3 categorías: número de ciudadanos presos por habitante, número de adultos que creen que los ángeles son reales, y el gasto en defensa, donde pesamos más que los siguientes 26 países juntos, 25 de los cuales son aliados. Ahora, nada de esto es culpa de un estudiante universitario de 20 años de edad. Pero, sin embargo, es sin duda miembro de la peor generación que ha existido nunca. Así que cuando usted pregunta, "¿qué hace por nosotros, el país más grande del mundo?" No sé sabe de qué coño estás hablando. Desde luego que antes lo solíamos ser. Nos poníamos en  pie para lo que era correcto. Luchábamos por razones morales. Luchábamos por las leyes, abatimos leyes por razones morales. Libramos guerras en la pobreza, no contra  los pobres. Nos sacrificábamos. Nos importaban nuestros vecinos. Hemos construido grandes cosas, hicimos grandes avances tecnológicos, exploramos el universo, curamos las enfermedades, y creamos los más grandes artistas, y la mayor economía del mundo. Llegamos a las estrellas, actuando como hombres. Aspiramos a la inteligencia, no al menosprecio, y no nos hizo sentir inferiores. No identificamos a nosotros mismos por quien votamos en nuestra última elección. Y nosotros no... no nos asustamos tan fácilmente. Hemos sido capaces de ser todas estas cosas, y de que  hacer esas cosas, y se nos informaba de esas cosas. Había hombres grandes, hombres que eran venerados. El primer paso en la solución de cualquier problema es reconocer que hay uno. América no es el mejor país del mundo. ¿Es suficiente?"
(Will McAvoy a una estudiante de periodismo. Ep.1x01)



"—Buenas noches. Soy Will McAvoy. Esto es Noticias Noche, y este era un fragmento de Richard Clarke, ex jefe de contraterrorismo del presidente George W. Bush, testificando ante el Congreso el 24 de marzo de 2004. Americanos les gustó ese momento. Me gustó ese momento. Los adultos deben hacerse responsables por el fracaso. Y así, esta noche estoy empezando este noticiero relacionando las disculpas del Sr. Clarke con el fracaso del pueblo estadounidense. El fracaso de este programa durante el tiempo que he estado a cargo del mismo para informar y educar al electorado estadounidense. Quiero que quede claro que no me disculpo en nombre de todos los periodistas de la televisión, ni tampoco de todos los periodistas de la televisión a los que les debo una disculpa. Hablo por mí mismo. Yo era cómplice de un choque de trenes lentos y repetidos, y no reconocido y que no modifica los fracasos  que nos han traído hasta aquí. Soy un líder en una industria que interviene en los resultados electorales, promocionado el miedo, creando controversia, y no informó sobre los cambios tectónicos en nuestro país. Desde el colapso del sistema financiero a las verdades acerca de lo fuertes que somos, y  a los peligros que realmente nos enfrentamos. Soy un líder en una industria mal dirigida que llama su atención con la destreza de Harry Houdini al enviar cientos de miles de nuestros valientes hombres y mujeres jóvenes a la guerra sin la debida diligencia. La razón por la que  fallamos no es un misterio. Investiguemos en las votaciones. En la infancia de la comunicación de masas, el Colón y Magallanes del periodismo televisivo, William Paley y David Sarnoff, bajaron a Washington a un acuerdo con el Congreso. El Congreso permitiría a las redes incipientes uso gratuito del espacio radioeléctrico de propiedad de los contribuyentes a cambio de un servicio público. Ese servicio público sería una hora de tiempo de aire a un lado todas las noches para la difusión de información, o lo que ahora llamamos el Noticias Noche. El Congreso, incapaz de anticipar la enorme capacidad de la televisión, entregó los consumidores a los anunciantes, no incluyó en su oferta el único requisito que habría cambiado nuestro discurso nacional inconmensurablemente para mejor. El Congreso se olvidó de agregar que en ningún caso podría incluir publicidad durante la transmisión de información. Se olvidaron de decir a los contribuyentes que a cambio de darles las ondas de forma gratuita y durante 23 horas al día, obtendrían un beneficio, por una hora cada noche que trabajen para nosotros. Y ahora los noticieros de la red, anclados en la historia por los periodistas -honestos a Dios con nombres como Murrow y Reasoner y Huntley y Brinkley y Buckley y Cronkite y Rather y Russert - Ahora tienen que competir con alguien como yo. Un anclaje de cable que está en el mismo negocio exacto como los productores de Jersey Shore. Y que el negocio era bueno para nosotros, pero News Night es dejar de fumar para que los negocios en estos momentos. Puede venir como una sorpresa para usted que algunos de los más grandes periodistas estadounidenses de la historia están trabajando en este momento, mentes excepcionales, con años de experiencia y una devoción inquebrantable de informar las noticias. Pero estas voces son una pequeña minoría ahora y que no tienen ninguna posibilidad contra el circo cuando el circo llega a la ciudad. Están superados. Voy a dejar el circo y cambiar de equipo. Me voy con los chicos feos. Estoy conmovido de que todavía piensan que pueden ganar y espero que me puedan enseñar una o dos cosas. A partir de ahora, vamos a estar decidiendo lo que sucede en nuestro aire y cómo se presenta a usted basado en la simple verdad de que nada es más importante para una democracia que un electorado bien informado. Nos esforzaremos para poner la información en un contexto más amplio, porque sabemos que muy pocas noticias nacen en el momento en que viene a través de nuestro alambre. Vamos a ser  el campeón de los hechos y el enemigo mortal de la insinuación, la especulación, la hipérbole, y el sinsentido. No somos camareros en un restaurante de las historias que usted pidió de la manera que les gusta que se las preparen. Tampoco somos sólo ordenadores de la dispensación de los hechos porque las noticias sólo son útiles en el contexto de la humanidad. No voy a hacer ningún esfuerzo para someter mis opiniones personales. Voy a hacer todo lo posible para exponer las opiniones informadas que sean diferentes a las mías. Usted puede preguntarse ¿quiénes somos nosotros para tomar estas decisiones?. Estamos Mackenzie McHale y yo. Señorita McHale es nuestro productor ejecutivo. Ella calcula las referencias de los recursos de más de 100 periodistas, productores, analistas, técnicos, y sus credenciales son fácilmente disponibles. Soy el editor de Noticias Noche y tomo la decisión final sobre todo lo visto y oído en este programa. ¿Quiénes somos para tomar estas decisiones? Somos la élite de los medios. Estaremos de vuelta después de esto con la noticia."


En el último capítulo de la segunda temporada -2x09 Noche electoral. Parte II- Will McAvoy (Jeff Daniel) invita como comentarista experta en los resultados electorales a la antigua jefa de campaña del candidato republicano a la presidencia Mitt Romney (que perdió las elecciones de 2012 contra Barak Obama) La invitada hace repreguntas (algo impensable en las televisiones españolas)  a McAvoy –viejo militante del Republican Party-  le cuestiona su republicanismo y si lo usa para legitimar sus denuncias al Tea Party –el ala conservadora del Partido-  la contestación es la siguiente:

"No, me llamo a mí mismo un republicano porque soy uno. Creo en las soluciones de mercado, en la realidad del sentido común y en la necesidad de defenderse contra un mundo peligroso. El problema es que entonces tengo que ser homófobo. Tengo que contar el número de veces que la gente va a la iglesia. Tengo que negar los hechos y pensar en la investigación científica como una gran estafa. Tengo que pensar que los pobres lo pasan bien y tengo que tener un impresionante complejo de inferioridad porque temo a la educación y a la inteligencia ¡en pleno siglo XXI! Pero por encima de todo, el mayor requisito que se me pide - el único requisito, de hecho - es que tengo que odiar a los demócratas".

   
   " —Ahora me gustaría que escuches estas palabras que fueron escritas hace quinientos años por Don Miguel de Cervantes: “Oídme ahora, oh, el mundo sombrío e insoportable. Tú eres la base y corrompido como pueden ser. Y un caballero con su bandera desplegada toda valentía. Ahora le arroja por su guante a ti!” Ese fue don Quijote. (MacKenzie McHale)
   —Esas palabras fueron escritas hace cuarenta y cinco años por el letrista de "El hombre de La Mancha". (Will McAvoy)
   —¿No crees que no lo sabía? pero el punto sigue siendo el mismo  ¡es el momento de don Quijote! (MacKenzie McHale)"


-"Son muy jóvenes todavía para hacer malas noticias" (MacKenzie McHale a Will McAvoy. Ep. 1x01)


 “A excepción de las cosas que hicimos mal, hicimos todo bien.” 
(Will McAvoy a MacKenzie McHale)



 "No creo que sea así, y yo tampoco creo en Santa Claus, pero si vi ocho renos tomar vuelo...
 —Pero no has visto ocho renos. Has hablado con alguien que dijo que ha visto ocho renos." (MacKenzie McHale a Jim Harper)


"Lisa: No puedo hablar de otras cosas. Solo sé hablar de moda.
Don: ¿Qué está pasando con la crisis de la deuda griega?
Lisa: Hay una enorme crisis en Grecia, hay una gran cantidad de deuda.
Don: Eso es más que la mayoría de la gente sabe."



"Charlie: ¿Has leído el New York Post?
 Will: No. Mis ojos están conectados a mi cerebro."

"Mac: He estado esperando dos días para golpearte.
Will: te agradezco tu paciencia."

"-Malditos economistas y su capacidad de atención de un adulto. 
Sloan Sabbith"

"Will: ¿Te acuerdas cuando no me importaba en absoluto las vidas de la gente que trabajaba aquí?
 Don. Oh, sí.
Will: Aquellos eran buenos días."

"Will: ¿Qué te crees que ganamos?
 Mac: Recuperar el cuarto poder. Reclamando el periodismo como una profesión honorable. Un noticiero nocturno que informa de un debate digno de una gran nación. La civilidad, respeto, y un regreso a lo que es importante; la muerte de la mala leche; la muerte de los chismes y el voyeurismo; decir la verdad al estúpido."


 "…es una carta de amor a lo que hacen los periodistas, una reivindicación del periodismo como una profesión honorable, pero también un intento desesperado de decirle a los que se dedican a informar que siempre lo pueden hacer mejor.”  
(Aaron Sorkin -Creador de la serie)

sábado, 5 de julio de 2014

COSMOS sin Carl Sagan.

El ser humano se halla a medio camino entre los dioses y las bestias.  PLOTINO

Nebulosa del Anillo. Fotografía del Telescopio Hubble.
 En buena lógica, ¿no debería la mente del orador conocer la sustancia del tema sobre el que se dispone a hablar?  
PLATÓN  -Fedro-
 No sé de un solo tratado, antiguo o moderno, que pueda proporcionarme una explicación convincente del medio físico que me rodea. La mitología es lo que más se acerca a lo que busco
HENRY DAVID THOREAU -The Journal-
 Jacob Bronowski forma parte del reducido grupo de hombres y mujeres que en el transcurso de la historia se han sentido atraídos y han logrado acceder a toda la gama del saber humano: las letras, las ciencias, la filosofía y la psicología. Bronowski rebasa el ámbito de la especialización en una sola disciplina para sobrevolar el vasto panorama de la erudición humana. Su libro, The ascent of man, adaptado también para la televisión, constituye un soberbio instrumento educativo a la par que un notable tributo al pasado. En cierto modo viene a relatarnos la evolución paralela del ser biológico y del ser intelectivo.”
“El último capítulo de la obra y episodio final de la serie televisiva, titulado «La dilatada infancia», hace referencia al vasto periodo de tiempo —mucho más prolongado en los individuos de nuestra especie que en los de cualquier otra si tomamos como referencia la duración total de sus respectivas vidas— en que el niño permanece bajo la dependencia del sujeto adulto y su gran plasticidad, es decir, la capacidad que posee para adaptarse al entorno físico y cultural. Casi todos los organismos terrestres actúan en buena medida conforme al legado genético de que son portadores y que ha sido «previamente transmitido» al sistema nervioso del individuo, siendo la información extra-genética recogida en el curso de su vida un factor secundario.”
 “Sin embargo, en el caso del hombre y de los demás mamíferos sucede exactamente lo contrario. Sin desconocer el notable influjo del legado genético en nuestro comportamiento, nuestros cerebros ofrecen muchísimas más oportunidades de establecer nuevos modelos de conducta y nuevas pautas culturales en cortos periodos de tiempo que en cualquier otro ser vivo. Por decirlo de algún modo, hemos concertado un pacto con la naturaleza según el cual el difícil proceso de maduración del niño viene compensado por su capacidad de aprendizaje, lo que incrementa en gran manera las posibilidades de supervivencia de la especie humana. A más abundamiento, el ser humano, en la restringida y más reciente fase de su largo devenir biológico-intelectivo, se ha procurado no sólo información extra-genética, sino también conocimientos extrasomáticos, o sea, información acumulada fuera de nuestro cuerpo, fenómeno del que la escritura constituye el ejemplo más significativo. Las transformaciones evolutivas o genéticas se consuman al cabo de extensos periodos de tiempo. Para determinar el intervalo que media entre la aparición de una especie superior a partir de su antecedente podría tomarse como base un periodo de cien mil años; por lo demás, con frecuencia las diferencias de comportamiento entre especies animales muy próximas —leones y tigres, por ejemplo— no parecen ser muy considerables. Una muestra de evolución reciente de un elemento corporal en el hombre la tenemos en los dedos del pie. El dedo gordo desempeña una función importante en la conservación del equilibrio al andar, pero el papel de los restantes dedos no es, ni muchísimo menos, tan manifiesto. Es indudable que estos dedos son un elemento evolucionado de los apéndices digitales que algunos animales, como los simios y los monos trepadores, utilizan para aferrarse o maniobrar ágilmente. Este ejemplo de evolución constituye una re -especialización, es decir, la adaptación de un órgano primitivamente evolucionado para una función específica a otra muy distinta, que no se materializó por completo hasta transcurridos unos diez millones de años. (Los pies del gorila de las montañas han seguido una evolución pareja, aunque enteramente autónoma.)”
 “Hoy, sin embargo, no es preciso aguardar diez millones de años en espera de que se produzca la próxima mutación. Vivimos una época de cambios acelerados sin precedentes, y puesto que estos cambios son en buena parte obra humana, es imposible soslayarlos. No queda más alternativa que ajustarse, adaptarse al cambio, controlarlo o perecer.”
“Probablemente, sólo un mecanismo de aprendizaje extra-genético puede afrontar el rapidísimo proceso de transformación que soporta la especie humana. En este sentido, la rápida evolución del intelecto humano que hoy se observa es, por un lado, la causa, y por otro, la única solución concebible a los muchos y graves problemas que nos acechan. Creo de veras que una mejor comprensión de la naturaleza y evolución de  inteligencia humana puede ayudarnos a enfocar con lucidez los peligros ignotos que sin duda esconde el futuro.”
 “Otra de las razones que me han movido a interesarme por el tema de la evolución del factor cognoscitivo es que hoy, por vez primera en la historia, disponemos de un poderoso instrumento que permite establecer comunicación a través de las inmensas distancias interestelares. Me refiero al radiotelescopio de gran alcance. Aunque un tanto a ciegas y con paso vacilante, hemos empezado a utilizarlo a ritmo creciente para dilucidar si existen otras civilizaciones ubicadas en extraños mundos, a distancias inimaginables, que están enviando radiomensajes a la tierra. Tanto la existencia de dichas civilizaciones como la naturaleza de los hipotéticos mensajes que tal vez transmitan sólo se conciben en la universalidad de la evolución del cerebro humano tal como se ha producido en nuestro planeta. De ahí que parezca lógico suponer que el estudio de la evolución del ser racional en la Tierra permitirá obtener pistas o perspectivas que arrojen un poco de luz a la investigación sobre la existencia de seres inteligentes en el espacio extraterrestre.”
Me complació en extremo inaugurar el ciclo de conferencias sobre filosofía natural dedicado a la memoria de Jacob Bronowsky que organizara la Universidad de Toronto en noviembre de 1975.”
                        
Cominezo de LOS DRAGONES DEL EDEN de CARL SAGAN  
,Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana. Publicado en 1977. Premio Pulitzer 1978.


Introducción de COSMOS , Carl Sagan, 1980.  
Edición en castellano: Editorial Planeta, mayo de 1982. (Mi edición es la cuarta, de octubre de 1982)

Llegará una época en la que una investigación diligente y prolongada sacará a la luz cosas que hoy están ocultas. La vida de una sola persona, aunque estuviera toda ella dedicada al cielo, sería insuficiente para investigar una materia tan vasta... Por lo tanto este conocimiento sólo se podrá desarrollar a lo largo de sucesivas edades. Llegará una época en la que nuestros descendientes se asombrarán de que ignoráramos cosas que para ellos son tan claras... Muchos son los descubrimientos reservados para las épocas futuras, cuando se haya borrado el recuerdo de nosotros. Nuestro universo sería una cosa muy limitada si no ofreciera a cada época algo que investigar... La naturaleza no revela sus misterios de una vez para siempre.

SÉNECA, Cuestiones naturales, libro 7, siglo primero


Nuestros antepasados estaban muy ansiosos por comprender el mundo, pero no habían dado todavía con el método adecuado. Imaginaban un mundo pequeño, pintoresco y ordenado donde las fuerzas dominantes eran dioses como Anu, Ea y Shamash. En este universo las personas jugaban un papel importante, aunque no central. Estábamos ligados íntimamente con el resto de la Naturaleza. El tratamiento del dolor de muelas con cerveza de segunda calidad iba unido a los misterios cosmológicos más profundos. 
Actualmente hemos descubierto una manera eficaz y elegante de comprender el universo: un método llamado ciencia. Este método nos ha revelado un universo tan antiguo y vasto que a primera vista los asuntos humanos parecen de poco peso. Nos hemos ido alejando cada vez más del Cosmos, hasta parecernos algo remoto y sin consecuencias importantes para nuestras preocupaciones de cada día. Pero la ciencia no sólo ha descubierto que el universo tiene una grandeza que inspira vértigo y éxtasis, una grandeza accesible a la comprensión humana, sino también que nosotros formamos parte, en un sentido real y profundo, de este Cosmos, que nacimos de él y que nuestro destino depende íntimamente de él. Los acontecimientos humanos más básicos y las cosas más triviales están conectadas con el universo y sus orígenes.
Este libro está dedicado a la exploración de estas perspectivas cósmicas. En la primavera y otoño de 1976 yo formaba parte del equipo de imagen en vuelo del vehículo de aterrizaje Viking, y me dedicaba junto con cientos de científicos colegas a la exploración del planeta Marte. Por primera vez en la historia humana habíamos hecho aterrizar dos vehículos espaciales en la superficie de otro mundo. Los resultados, descritos de modo más completo en el capítulo 5, fueron espectaculares, y el significado histórico de la misión quedó claro para todos. Sin embargo, el público en general apenas sabía nada de estos grandes acontecimientos. La prensa en su mayoría no les prestaba atención; la televisión ignoró la misión casi por completo.
El capítulo dedicado al CO2 tal vez patina un poco, recuerda demasiado a Al Gore.

Cuando se tuvo la seguridad de que no se obtendría una respuesta definitiva sobre la posible existencia de vida en Marte, el interés disminuyó todavía más. La ambigüedad se toleraba muy poco. Cuando descubrimos que el cielo de Marte presentaba un color amarillo rosado en lugar del azul que se le había atribuido al principio, equivocadamente, el anuncio fue recibido por un coro de joviales silbidos por parte de los periodistas reunidos: querían que incluso en este aspecto Marte se pareciera a la Tierra. Creían que su público se desinteresaría paulatinamente de Marte a medida que el planeta resultase cada vez más distinto de la Tierra. Y sin embargo, los paisajes de Marte son impresionantes, las vistas conseguidas imponentes. Yo sabía positivamente, por experiencia propia, que existe un enorme interés global por la exploración de los planetas y por muchos temas científicos relacionados con ella: el origen de la vida, la Tierra y el Cosmos, la búsqueda de inteligencias extraterrestres, nuestra conexión con el universo. Y estaba seguro que se podía estimular este interés a través del medio de comunicación más poderoso, la televisión. Compartía mi opinión B. Gentry Lee, el director de análisis de datos y planificación de la misión Viking, hombre de extraordinarias capacidades organizativas. Decidimos, como una apuesta, enfrentarnos con el problema nosotros mismos. Lee propuso que formáramos una compañía productora dedicada a la difusión de la ciencia de un modo atractivo y accesible. En los meses siguientes nos propusieron un cierto número de proyectos. Pero el proyecto más interesante fue el propuesto por KCET, la rama del Servicio Público de Radiodifusión en Los Angeles. Aceptamos finalmente producir de modo conjunto una serie de televisión en trece episodios orientada hacia la astronomía pero con una perspectiva humana muy amplia. Su destinatario sería un público popular, tenía que producir impacto desde el punto de vista visual y musical y tenía que afectar al corazón tanto como a la mente. Hablamos con guionistas, contratamos un productor ejecutivo y nos vimos embarcados en un proyecto de tres años llamado Cosmos. En el momento de escribir estas líneas, el programa tiene un público espectador en todo el mundo estimado en 140 millones de personas, es decir el tres por ciento de la población humana del planeta Tierra. Su lema es que el público es mucho más inteligente de lo que se suele suponer; que las cuestiones científicas más profundas sobre la naturaleza y el origen del mundo excitan los intereses y las pasiones de un número enorme de personas. La época actual es una encrucijada histórica para nuestra civilización y quizás para nuestra especie. Sea cual fuere el camino que sigamos, nuestro destino está ligado indisolublemente a la ciencia. Es esencial para nuestra simple supervivencia que comprendamos la ciencia. Además la ciencia es una delicia; la evolución nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender nos da placer porque quien comprende tiene posibilidades mayores de sobrevivir. La serie de televisión Cosmos y este libro son un intento ilusionado para difundir algunas de las ideas, métodos y alegrías de la ciencia.
Premonición catastrófica del Calentamiento Global ¿política o ciencia? ¿Sagan sería políticamente correcto o dudaría de todo?

Esta obra y la serie televisiva evolucionaron conjuntamente. En cierto modo cada una se basa en la otra. Muchas ilustraciones de este libro se basan en los impresionantes montajes visuales preparados para la serie televisiva. Pero los libros y las series televisivas tienen unos públicos algo diferentes y permiten enfoques distintos. Una de las grandes virtudes de un libro es que permite al lector volver repetidamente a los pasajes oscuros o difíciles; esta posibilidad no se ha hecho real en la televisión hasta hace poco con el desarrollo de la tecnología de los discos y las cintas de vídeo. El autor, al elegir el alcance y profundidad de sus temas, dispone de mucha mayor libertad cuando escribe un capítulo de un libro que cuando elabora los cincuenta y ocho minutos con treinta segundos, dignos de Procusto, de un programa de televisión no comercial. Este libro trata muchos temas con mayor profundidad que la serie de televisión. Hay temas discutidos en el libro que no se tratan en la serie televisiva y viceversa. Cuando escribía estas líneas no era seguro que sobreviviera a los rigores del montaje televisivo la serie de dibujos basados en Tenniel de Alicia y sus amigos en ambientes de alta y baja gravedad. Me encanta haber podido acoger aquí estas preciosas ilustraciones del artista, Brown, y la discusión que las acompaña. En cambio no aparecen aquí representaciones explícitas del calendario cósmico, que aparece en la serie televisiva, en parte porque el calendario cósmico se discute ya en mi obra los Dragones del Edén; tampoco he querido tratar aquí muy detalladamente la vida de Robert Goddard, porque le dediqué un capítulo en El cerebro de Broca. Pero cada episodio de la serie televisiva sigue con bastante fidelidad el correspondiente capítulo de esta obra; y me gusta imaginar que el placer proporcionado por una obra aumentará gracias a las referencias que da sobre la otra.
En algunos casos y por razones de claridad he presentado una idea más de una vez: al principio de modo superficial y luego con mayor profundidad en sucesivas ocasiones. Esto sucede por ejemplo con la introducción a los objetos cósmicos del capítulo 1, que luego son examinados de modo más detallado; o en la discusión de las mutaciones, las enzimas y los ácidos nucleicos del capítulo 2. En unos pocos casos los conceptos se han presentado sin tener en cuenta el orden histórico. Por ejemplo, las ideas de los antiguos científicos griegos aparecen en el capítulo 7, bastante después de la discusión de Johannes Kepler en el capítulo 3: Pero creo que la mejor manera de apreciar a los griegos es ver primero lo que estuvieron en un tris de conseguir.
La ciencia es inseparable del resto de la aventura humana y por lo tanto no puede discutirse sin entrar en contacto, a veces de pasada, otras veces en un choque frontal, con un cierto número de cuestiones sociales, políticas, religiosas y filosóficas. La dedicación mundial a las actividades militares llega a introducirse incluso en la filmación de una serie televisiva dedicada a la ciencia. Cuando simulábamos la exploración de Marte en el desierto de Mohave con una versión a escala real del vehículo de aterrizaje Viking, continuamente nos veíamos interrumpidos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que llevaba a cabo vuelos de bombardeo en el cercano campo de pruebas. En Alejandría, Egipto, cada mañana de nueve a once nuestro hotel se convertía en el objetivo de prácticas de hostigamiento de la Fuerza Aérea egipcia. En Samos, Grecia, hasta el último momento no nos dieron permiso para filmar en ningún punto de la isla, debido a unas maniobras de la OTAN y a la construcción bajo tierra y en laderas de montañas de unas madrigueras destinadas claramente a emplazamientos de artillería y tanques. En Checoslovaquia la utilización de walkie talkies para organizar el apoyo logística en la filmación de una carretera rural atrajo la atención de un caza de la Fuerza Aérea checa que se puso a dar vueltas sobre nosotros hasta que pudimos convencerle en checo de que no estábamos perpetrando nada que amenazara la seguridad nacional. En Grecia, Egipto y Checoslovaquia nuestros equipos de filmación iban acompañados en todas partes por agentes del aparato estatal de seguridad. Unas gestiones preliminares para filmar en Kaluga, URSS, e incluir unas secuencias en proyecto sobre la vida de un pionero ruso de la astronáutica, Konstantin Tsiolkovsky, toparon con una negativa: después descubrimos que se iban a celebrar allí unos juicios contra disidentes. Nuestros equipos de filmación fueron tratados con mucha amabilidad en todos los países que visitamos; pero la presencia militar global, el temor en el corazón de las naciones, era omnipresente. Esta experiencia confirmó mi decisión de tratar las cuestiones sociales que fueran relevantes, tanto en la serie como en el libro.
La esencia de la ciencia es que se autocorrige. Nuevos resultados experimentales y nuevas ideas están resolviendo continuamente viejos misterios. Por ejemplo en el capítulo 9 hablamos de que el Sol parece estar generando un número demasiado pequeño de neutrinos, unas partículas muy difíciles de captar. Allí se repasan algunas de las explicaciones propuestas. En el capítulo 10 nos preguntamos si hay materia suficiente en el universo para que llegue a detener en algún momento la recesión de las galaxias distantes, y si el universo es infinitamente viejo y por lo tanto increado.
Los experimentos de Frederick Reines de la Universidad de California, pueden haber echado desde entonces algo de luz sobre estas cuestiones; este investigador cree haber descubierto: a) que los neutrinos existen en tres estados distintos, de los cuales sólo uno podía detectarse con los telescopios de masa, de modo que la gravedad de todos los neutrinos en el espacio puede contribuir a cerrar el Cosmos y a impedir que se expanda indefinidamente. Futuros experimentos dirán si estas ideas son correctas. Pero son ideas que ilustran el replanteamiento continuo y vigoroso a que se somete la sabiduría transmitida y que es un elemento fundamental de la vida científica. Es imposible en un proyecto de esta magnitud dar las gracias a todos los que han contribuido a él. Sin embargo me gustaría expresar una gratitud especial a B. Gentry Lee; al personal de producción de Cosmos, entre ellos los productores principales Geoffrey Haines Stiles y David Kennard y el productor ejecutivo Adrian Malone; a los artistas Jon Lomberg (quien jugó un papel clave en el diseño original y en la organización de los montajes visuales de Cosmos), John Allison, Adolf Schaller, Rick Stembach, Don Davis, Brown y Anne Norcia; a los consejeros Donald Goidsmith, Owen Gingerich, Paul Fox y Diane Ackerrnan, a Cameron Beck; a la dirección de KCET, especialmente Greg Adorfer, que nos presentó por primera vez la propuesta de KCET, Chuck Allen, William Lamb, y James Loper; y a los subguionistas y coproductores de la serie televisiva Cosmos, incluyendo a la Atlantic Richfield Company, la Corporación para la Radiodifusión Pública, las Fundaciones Arthur Vining Davis, la Fundación Alfred P. Sloan, la British Broadeasting Corporation, y Polytel International. Al final de la obra se dan los nombres de otros colaboradores que ayudaron a esclarecer cuestiones de detalle o de enfoque. Sin embargo, como es lógico la responsabilidad final del contenido del libro recae sobre mí. Doy las gracias al personal de Random House, especialmente a la encargada de la edición de mi obra, Anne Freedgood, y al diseñador del libro, Robert Aulicino, por su experta colaboración y por la paciencia que demostraron cuando las fechas límite para la serie televisiva y para el libro parecía que entraban en conflicto. Tengo una deuda especial de gratitud para con Shirley Arden, mi ayudante ejecutiva, por mecanografiar los primeros borradores de este libro y por conducir los borradores posteriores a través de todas las fases de producción con la alegre competencia que le caracteriza. Es éste únicamente uno de los muchos motivos de agradecimiento profundo que el proyecto Cosmos tiene con ella. Me siento más agradecido de lo que pueda expresar a la administración de la Universidad de Cornell por concederme una excedencia de dos años que me permitió llevar a cabo este proyecto, a mis colegas y estudiantes de la Universidad, y a mis colegas de la NASA, del JPL y del equipo de óptica del Voyager.
El agradecimiento más profundo por la elaboración de Cosmos se lo debo a Ann Druyan y a Steven Soter, mis coguionistas de la serie televisiva. Contribuyeron de modo fundamental y repetido a las ideas básicas y a sus conexiones, a la estructura intelectual general de los episodios, y a la justeza del estilo. Agradezco mucho sus lecturas intensamente críticas de las primeras versiones de este libro, sus sugerencias constructivas y creativas para la revisión de muchos borradores, y sus contribuciones importantes al guión de televisión que influyeron de muchas maneras en el contenido de este libro. La satisfacción que me proporcionaron las muchas discusiones sostenidas es una de mis recompensas principales por el proyecto Cosmos.

Ithaca y Los Ángeles, mayo de 1980. -Carl Sagan-