Una novela del escritor, poeta y traductor ruso Boris Pasternak (1890-1960). Борис Леонидович Пастернак. Premio Nobel de Literatura en 1958. Título original: Doktor Zivago (Italia, 1957) En la Unión Soviética no se publicó la novela hasta 1988, en plena perestroika de Mijaíl Gorbachov (1931-2022). Pasternak agradeció el premio a la Academia Sueca y luego lo rechazó por las presiones del Partido Comunista, entonces al mando de Nikita Khrushchev (1894-1971). Fue considerado un agente del capitalismo, una antipatriota, y expulsado del Sindicato de Escritores. Pasternak murió pobre, por un cáncer de pulmón dos años después. En 1960, su compañera, Olga Ivínskaya (1912-1995) fue enviada a un gulag durante cuatro años por colaborar en la publicación de la novela. En 1989, el hijo de Pasternak pudo recibir el Nobel en nombre de su padre. Desde 2003 es una novela leída en los colegios rusos.
59.- … desarrollaba su antiguo concepto de la historia como un segundo universo construido por el hombre para responder al misterio de la muerte y fundando sobre los fenómenos memoria y tiempo.
146.-
Entonces comprendieron que la vida cuando es igual a la que nos rodea, la vida
que se sumerge en la vida de todos sin dejar señal, es verdadera vida, y que la
felicidad solitaria no es felicidad…
162.-
Llegó el invierno tal como se esperaba. Fue menos espantoso que los dos
inviernos que vinieron después, pero resultó de la misma especie, oscuro, de
hambre y frío, quebrantando toda costumbre, rehaciendo todos los fundamentos de
la existencia y obligando a los hombres a toda clase esfuerzos sobrehumanos
para sujetarse a una vida que se escapaba.
162.- Por
doquier se nombraban comisarios con poderes ilimitados, hombres de voluntad de
hierro, con negras chaquetas de cuero, armados con revólveres y puñales, que raramente
se afeitaban y más raramente dormían.
213.- El marxismo
es demasiado poco dueño de sí mismo para ser una ciencia. Las ciencias tienen
equilibrio. ¿El marxismo y la objetividad? No conozco corriente más replegada en
sí misma y más apartada de los hechos que el marxismo.
244.- El
hombre nace para vivir, no para prepararse para vivir, y la vida misma, el
fenómeno de la vida, el don de la vida es algo tremendamente serio.
296.- La
borrasca flotaba como una humareda sobre el bosque de coníferas perfumado de
resina, y no penetraba en él, como el agua no pasa a través del hule.
310.- Los tiempos daban la razón al viejo adagio: el hombre es un lobo para el hombre. Un caminante, cuando encontraba a otro, daba siempre un rodeo, porque el caminante mataba a quien encontraba para que éste no le matase a él. Incluso hubo algún caso de canibalismo. Las leyes de la civilización humana se vinieron abajo. Se vivía según la ley de la selva. El hombre tenía los sueños prehistóricos de la edad de piedra.
323.- Más
aún que la comunidad de sus almas los unía el abismo que los separaba del resto
del mundo.
332.- Por
lo que he podido observar, la instauración de todo poder nuevo pasa por varias
etapas. La primera es el triunfo de la razón, el espíritu crítico, la lucha
contra los prejuicios. Luego viene el segundo período. La preponderancia de las
fuerzas oscuras de “los que se adhieren”, los simpatizantes por conveniencia. Y
entonces comienzan las denuncias, las sospechas, las intrigas, los odios.
370.- Nadie
hace la historia, la historia no se ve, como no se ve crecer la hierba. La
guerra, la revolución, el rey, Robespierre, son sus estimulantes orgánicos, su
levadura. La revolución la hacen los hombres activos, fanáticos sectarios,
genios de la autolimitación. En pocas horas o pocos días trastornan el viejo
orden. Estas alteraciones duran semanas, o algunos años. Luego, durante decenios,
durante siglos, los hombres veneran como una reliquia el espíritu de limitación
que ha conducido a este trastorno.