El fotógrafo de viajes documenta el paisaje, sus gentes, sus culturas, sus costumbres, la naturaleza y la historia. Una foto de viaje es una imagen que expresa un sentimiento temporal ubicado en un lugar concreto, retrata una tierra, y como género fotográfico es uno de los más abiertos, donde cabe todo y todo cabe. También los hay que se especializan en algún aspecto: retratos, silfies, arquitectura, comida callejera, andamios de las obras, alcantarillas viejas, carteles pintorescos, vallas publicitarias, anuncios de las tiendas, las puertas de las casas, la mugre ciudadana, la decadencia y lo escatológico, el callejón trasero. El fotógrafo de viajes, smartphone en mano, es capaz de apropiarse para siempre de la realidad, aunque sea con poca luz, o dentro de un museo, de hacerse dueño de aquellos momentos que rara vez se volverán a repetir, la magia del sol en el paisaje abierto, la extraña inscripción en una lápida, la pintada gamberra o política en una tapia, el común de las gentes andando por la calle al mercado.