El último pasquín libre de Aragón ____Un blog de opinión que pretende pensar por sí mismo y con sentido crítico ____Añádase un quintal de escepticismo y arrobas de observación ____ Donde hay duda hay libertad ___ Este blog no está declarado bien de interés cultural ___ A continuación exhibición de ganado vacuno ___ No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo ___ Todo el mundo tiene un graduado escolar y los políticos zaragozanos una etiqueta de anís del mono ___ Buenas noches Clarice.
domingo, 27 de febrero de 2022
Україна Ucrania Украина 乌克兰 უკრაინა Ukraine Ուկրաինա Ukrajina ウクライナ
viernes, 25 de febrero de 2022
War, What is it good for? (Putin invade Ucrania)
WAR (es una canción contra la Guerra de Vietnam –ahora pudiera ser por el ataque de Putin a UCRANIA-, la escribió en 1969 Norman Whitfield con Barret Strong para el sello Tamla-Motown, en principio iba a ser interpretada por The Temptations, pero por su carácter político la cantó Edwin Starr, en 1984 fue versionada por Bruce Springsteen y The E Street Band)
¡Guerra!
¿Para qué sirve?
Absolutamente
para nada.
¡Decirlo
otra vez!
¡Vamos!
La guerra es
algo que desprecio porque significa la destrucción de vidas inocentes.
Miles de
madres con lágrimas en sus ojos cuando sus hijos salen a luchar para dar sus
vidas.
¡Guerra!
¿Para qué sirve?
Absolutamente
para nada.
¡Decirlo
otra vez!
¡Vamos! Eso
es cierto.
No es nada
más que una rompecorazones.
Amiga tan
solo de las pompas fúnebres, la guerra es la enemiga de toda la humanidad.
Hizo los
sueños de muchos hombres jóvenes amargos y perversos.
La vida es
demasiado valiosa como para andar peleando en guerras cada día.
La guerra no
puede dar vida, solo puede quitarla.
¡Guerra!
¿Para qué sirve?
Absolutamente
para nada
¡Decirlo
otra vez!
¡Vamos!
No es nada
más que una rompecorazones.
Amiga tan
solo de las pompas fúnebres, la guerra es la enemiga de toda la humanidad.
La idea de
la guerra me hace alucinar.
Transmitida
de generación en generación.
Inducción,
destrucción, ¡¿Quién quiere morir?!
¡Guerra!
¿Para qué sirve?
Absolutamente
para nada
¡Decirlo
otra vez!
¡Vamos!
Paz, amor y
comprensión.
Tiene que
haber algún lugar para estas cosas hoy en día.
Dicen que
tenemos que luchar para mantener nuestra libertad.
Pero señor,
tiene que haber alguna otra forma mejor que la guerra.
¡Guerra!
¿Para qué sirve?
Absolutamente
para nada.
¡Decirlo
otra vez!
¡Vamos!
jueves, 24 de febrero de 2022
Putin ataca Ucrania, o Grossman y Littell
“El fascismo y el hombre no pueden coexistir. Cuando el fascismo vence, el hombre deja de existir, quedan sólo criaturas antropoides que han sufrido una transformación interna. Pero cuando es el hombre, el hombre dotado de libertad, razón y bondad, el que vence, es el fascismo el que muere y aquellos que se habían sometido a él vuelven a ser hombres.”
“Sagaidak comprendía estos asuntos mejor que nadie. Durante mucho tiempo había trabajado en un periódico; primero había dirigido la sección de información, después la sección de agricultura; luego, durante casi dos años, fue redactor del principal periódico de Kiev. Consideraba que el principal objetivo de su periódico era instruir al lector y no ofrecer sin análisis información caótica sobre los acontecimientos más diversos, a menudo fortuitos. Si el redactor jefe Sagaidak lo estimaba oportuno podía obviar cualquier acontecimiento: guardar silencio sobre una pésima cosecha, un poema ideológicamente poco apropiado, un cuadro formalista, una epizootia de ganado, un terremoto, el hundimiento de un acorazado, no ver la fuerza de una ola oceánica que de golpe había engullido a miles de personas, o un enorme incendio en una mina. A su modo de ver estos acontecimientos no tenían significado y, por tanto, no debían ocupar la mente del lector, el periodista o el escritor.”
“-Ah, queridos amigos –exclamó de repente Madiárov-, ¿os imagináis lo que es la libertad de prensa? Una hermosa mañana después de la guerra abrís el periódico y en lugar de encontrar un editorial exultante, o la habitual carta de los trabajadores al gran Stalin, o un artículo acerca de la brigada de fundidores de obreros que han trabajado un día extra en honor a las elecciones del Sóviet Supremo, o las historias sobre los trabajadores de Estados Unidos que han acogido el nuevo año en una situación de desesperación por el paro creciente y la miseria, imaginad que encontráis… ¡Información! ¿Os imagináis un periódico así? ¡Un periódico que ofrece información!”
“El misterio de los misterios de la guerra, su carácter trágico, consistía en el derecho que tenía un hombre de enviar a la muerte a otro hombre. Este derecho se basaba en la suposición de que los hombres iban a enfrentarse al fuego enemigo en nombre de una causa común.”
Un fragmento de Las Benévolas (2006) de Jonathan Littell, sobre la ocupación nazi de Ucrania y el Cáucaso, para el caso, lo mismo:
“…la maquinaria del Estado está hecha de la misma aglomeración de arena deleznable que aquello que muele, grano a grano. Existe porque todo el mundo está de acuerdo en que exista, y lo están incluso, con gran frecuencia, y hasta el último minuto, sus víctimas. Sin los Höss, los Eichmann, los Goglidze, los Vychinski, pero también sin los guardagujas, los fabricantes de hormigón y los contables de los ministerios, un Stalin o un Hitler no son sino un odre henchido de odio y de terrores estériles.”
“Tenías una casa, vacas, latas de conserva. ¿Qué carajo viniste a hacer a nuestra tierra, pridurok?”
martes, 8 de febrero de 2022
Julio Andrade Cola nos dejó hace dos años.
Escueto tributo biográfico a un pensador.
El ejército por dentro (1990) Capítulo III, pág.149-150
“Es verdad, que los vicios de los legionarios formaban parte de la propia vida de la Legión (la gente normal no iba allí), por ser un refugio de desesperados o desgraciados, pero yo esperaba otra cosa cuando fui al Tercio. Creía que se podía mantener la gloriosa tradición de la Legión, pero adaptándola a los tiempos modernos, como había hecho la francesa, que la había convertido en una Unidad de combate moderna. La tradición no podía convertirse en una cáscara vacía de contenido. Había que hacer lo que dicen los ingleses: "Es preciso beber el vino nuevo en odres viejos". En cuanto a experiencia, o huella, que la Legión dejó en mí, creo que ha sido mucho más de lo que entonces creía. En primer lugar, adquirí una cierta "postura" (teatral), muy apta para ejercer el mando. El conocimiento de ese submundo situado en los límites de la credibilidad, para los burgueses de la clase media (perdón por la etiqueta) y me interesé por los problemas sociales y las teorías de Freud. Conocí, que mi categoría militar no era más que un accidente de la vida (legal), y que cualquier subordinado podía valer personalmente más que yo, por lo que mi prerrogativa jurisdiccional me permitía sancionar, pero no vejar, ni faltar el respeto, al subordinado. Me dio el sentido de la lealtad, independientemente de que el jefe me cayera simpático o no; y el valor para contradecirlo, cuando mi conciencia me lo dictara, sin temer las consecuencias. También abandoné el concepto de compañero como sinónimo de amigo. Pues he considerado que el compañerismo se da por el simple hecho de pertenecer a la colectividad militar, se pertenezca o no a la misma promoción, sea de una u otra procedencia, incluso, se tenga antipatía o simpatía. Como se ve, adquirí buen bagaje para mi vida militar y civil. Y, por último, añadiré la última experiencia. Cuando iba a marchar a mi nuevo destino, pedí al capitán encargado de la compañía de transeúntes de Larache, que me prestara un carro, para llevar mi baúl desde la residencia hasta el autobús. Me contestó, que yo no pertenecía ya al Tercio y no me lo dejaba. Desde entonces cuando me he marchado de un sitio no he vuelto más. Siempre que he partido ha sido sin volver la vista atrás.”
El ejército por dentro (1990) Capítulo IV, pág. 222
“Añadiré,
que mi falta de fe en el mando alcanzaba al propio Jefe del Estado, al que
había visto meter la pata hasta el fondo. En cuanto al
aspecto del colonialismo diré, que Marruecos le costaba dinero a España; es
decir, de allí no se sacaba ningún beneficio. Al contrario, los productos españoles
que se vendían allí estaban más baratos que en la península (un librito de
papel de fumar llevado allí por Tabacalera, costaba la mitad de precio que en
España) y cuando, por causa de sequía, la gente del Protectorado sufría escasez
de alimentos, inmediatamente se enviaban camiones cargados con cebada para el
pan y otros productos de primera necesidad, que se repartían en las kabilas.
También se llevaban a cabo trabajos de abrir pistas (que no servían para ir a
ningún sitio), con objeto de pagar jornales. Me imagino que algo así es lo que
ahora se llama "trabajo comunitario". Siempre se ha dicho que los
países europeos sacaban los productos de las colonias, especialmente alimentos.
Pero al ser libres se mueren de hambre. Nunca, en tiempos de colonialismo,
pasaron hambre los nativos de las colonias, como ocurre hoy en todos ellos. Y,
por supuesto, los derechos humanos eran más respetados bajo administración
inglesa o francesa que bajo sus propios y actuales líderes. No cabe pensar en
un Idi Amín, Bokasa, etc. en aquella época. En cuanto a nuestra gente del Rif,
al poco tiempo de la independencia, lo pasaron tan mal que se sublevaron y
fueron masacrados por tropas enviadas desde el Sur. Pidieron armas a los
oficiales españoles, pero nuestro Gobierno no autorizó la entrega.”