sábado, 23 de octubre de 2021

El viajero patea Creta -IV (by Alfonso)

Here Plakias.

Abandonamos Mátala por una serpenteante carretera con abundantes baches, subidas y bajadas continuas, rodeados de olivos, carrascas e invernaderos, la costa sur es más propicia para cultivos tropicales, algunos rediles con rebaños de ovejas o cabras

De vez en cuando aparecen pueblos colgados en el abismo, tierra blanquecina y pedregosa, cómo hace recordar a la provincia de Teruel. 

El pasar por los pueblos es caótico, pick-up todoterreno mal aparcadas, conducidas por gruesos, bajos, morenos y barbudos pastores de ovejas o de cabras.

Después de más de dos horas de carretera llegamos al desfiladero de Kourtialotiko, al fondo un río de montaña.

Vemos el monasterio abandonado de Kato rodeado de olivos milenarios.

Al final aparcamos y bajando entre las rocas descendemos unos cuatrocientos metros a una pequeña playa paradisíaca, donde desemboca el río de montaña entre un palmeral impresionante.

Muy cerca visitamos el monasterio de Prebeli, que dió cobijo a soldados australianos y neozelandeses en la segunda guerra mundial durante la ocupación nazi de la isla, los mojes cogieron las armas y los soldados fueron rescatados por un submarino británico en la cercana playa.

Después de reponer fuerzas en Plakias nos refugiamos en un hotel a la orilla del mar y rodeados de infranqueables riscos que no dejan pasar internet, una tragedia griega, estamos incomunicados, solo podemos mirar las estrellas, el mar y los olivos como hace dos mil años.