Here
Yerapetra.
El
viajero comienza un día nublado con un tremendo desayuno, huevos fritos, yogurt
de leche de oveja, bizcocho, café, etc… Los viajeros vuelven a la carretera,
curva tras curva, subidas y bajadas de puertos de montaña, estrechos caminos
asfaltados con minúsculos pueblos, de vez en cuando aparece una oveja corriendo
por delante del coche, rebaños de cabras por los montes, y los pastores
cretenses que parecen portar “lanzas” como los guerreros minoicos. Entre
acantilados, rocas y mares de olivos, llegamos al mar Egeo y la península de
Spinaloa, una magnifica vista y recorremos el pueblo adentrándonos por caminos
que llevan a calas plagadas de olivos. Atravesamos el tramo más corto entre la
costa norte y la sur dejando al este un murallón de pura roca y gargantas angostas
y poco a poco alcanzamos la costa de Yerapetra.