Tal vez el peor alcalde de la
historia de la ciudad de Zaragoza, pero continuará aforado por los
siglos de los siglos.
Debo confesar que el Ayuntamiento
de Zaragoza no es santo de mi devoción; en teoría, es solo una
administración más, otro servicio al ciudadano, otra parte del
entramado burocrático existente, sin embargo, resulta que es la forma
de gobierno que nos concierne más de cerca y, por lo tanto, sus
acciones u omisiones nos afectan en mayor medida.
El Ayuntamiento de Zaragoza tiene
un prehistórico lastre de conservadurismo, de caciquismo acérrimo,
de ir contra los intereses del resto de Aragón, de abrazarse a lo caduco, de explotación de los recursos ajenos, también
tiene valores estimables, pero siempre surgieron espontáneamente en la ciudadanía, nunca de esa administración de cimientos corruptos.
En los últimos doce años los zaragozanos hemos
padecido una distopía, una auténtica hecatombe, una
bancarrota encubierta, una suspensión de pagos paulatina, un gobierno
griego, un concurso de acreedores mitigado, una intervención críptica, un
comprar de fiado a precios sospechosos, unas decisiones megalómanas, un subir impuestos y llamarlo tasa ecológica, una deuda insostenible, una EXPO fracasada, una Romareda de TBO, un que lo pague el que venga, una falta de lucidez, un tranvía chapucero, un enchufe perpetuo, un ARCOSUR (asco-sur para algunos), una EXPO-nabo, unos barquitos por el Ebro, unas bicis subvencionadas, un tripartito ridículo, un crucifijo del Opus, un corredor verde de granito, un Tribunal de Cuentas de papel, un Becerril, una estación sin accesos, unos tele-cabinas vergonzosos, un centro de poco arte y escasa tecnología, un derroche en publicidad insospechado, unos carriles bicis asfaltados de oro, unas contratas exclusivas, una plantilla exagerada e improductiva, unas dietas, unos gastos de representación, un kilometraje en coches oficiales, un Messi a dedo, una macro-bandera, una falta de respeto... una izquierda irreal e hipócrita... travestida y solo atenta a defender a la casta funcionarial... una izquierda de pijos... una falsa izquierda de excesos... demasiados excesos... simplemente demasiados...
Algún progre acólito pedirá que le pongan su nombre a una calle, ya lo veréis.
Algún progre acólito pedirá que le pongan su nombre a una calle, ya lo veréis.
Todo se puede ocultar, todo se
puede llamar de otra manera, la mentira suele vencer, los periodistas
comen todos los días, Zaragoza es un pueblo grande.
Todo gracias a un PSOE, el partido que enterró con siete llaves el sepulcro del PSA, el partido anti-aragonés por excedencia.
Todo gracias al PAR, que levantó al paracaidista del olvido, cuando en el PAR solo quedaban trepas.
Todo debido a CHA y su abrazo entusiasta al paracaidista, porqué había que mandar en urbanismo.
Todo por la mano que echó IU, los viejos comunistas que perdieron la vieja ideología en el camino y se quedaron a recoger las migas. Ahora de tapadillo con Podemos, Puyalón y demás comparsa de bucólicos.
Todo es más fácil cuando no hay oposición, ni tan siquiera a los paracaidistas, cuando el que debe de ejercer la oposición a un tripartito (Dios no lo quiera, alguien dijo en el pasado)se convierte en cómplice. Esa derecha aragonesa meapilas: el PP de siempre, ese que se casca doce años riendo gracias, sin enfrentarse ni enterarse, sin saber actuar, sin despeinarse, sin usar la inteligencia, sin ir a los tribunales, solo lamentándose del control chavista de las juntas vecinales, solo arrastrando sus penosos ocho años de gobierno anteriores, años de maceteros, de horribles farolas de diseño, de peatonalizaciones estúpidas, de olvidar las auditorias de infarto, las facturas en los cajones y la parte inferior de las alfombras; de esto se olvidan todos cuando tocan pelo.
Todo gracias a un PSOE, el partido que enterró con siete llaves el sepulcro del PSA, el partido anti-aragonés por excedencia.
Todo gracias al PAR, que levantó al paracaidista del olvido, cuando en el PAR solo quedaban trepas.
Todo debido a CHA y su abrazo entusiasta al paracaidista, porqué había que mandar en urbanismo.
Todo por la mano que echó IU, los viejos comunistas que perdieron la vieja ideología en el camino y se quedaron a recoger las migas. Ahora de tapadillo con Podemos, Puyalón y demás comparsa de bucólicos.
Todo es más fácil cuando no hay oposición, ni tan siquiera a los paracaidistas, cuando el que debe de ejercer la oposición a un tripartito (Dios no lo quiera, alguien dijo en el pasado)se convierte en cómplice. Esa derecha aragonesa meapilas: el PP de siempre, ese que se casca doce años riendo gracias, sin enfrentarse ni enterarse, sin saber actuar, sin despeinarse, sin usar la inteligencia, sin ir a los tribunales, solo lamentándose del control chavista de las juntas vecinales, solo arrastrando sus penosos ocho años de gobierno anteriores, años de maceteros, de horribles farolas de diseño, de peatonalizaciones estúpidas, de olvidar las auditorias de infarto, las facturas en los cajones y la parte inferior de las alfombras; de esto se olvidan todos cuando tocan pelo.
Peor pude ser y que el próximo
lo haga bueno. Todavía estamos a tiempo de mandar a Zaragoza, a esta ancestral ciudad que amo y odio (como el abuelo) a hacer "pugnetas". Ojo entonces al voto. El mio es a la contra y por eliminación. ¿Acertaré...?