Chunta Aragonesista pide que no se instale ninguna bandera de España gigante junto al monumento al Justicia
Ante las informaciones publicadas en prensa acerca de la pretensión de instalar una bandera de España de grandes dimensiones junto al monumento al Justiciazgo en la Plaza de Aragón, Chunta Aragonesista quiere manifestar públicamente lo siguiente:
Chunta Aragonesista le pide al PSOE que tenga la misma consideración y respeto por los lugares y memoriales del aragonesismo que manifestó en 2002 cuando se planteó colocar una bandera gigante de España en la Plaza de Colón de Madrid. Incluso a pesar de que el lugar y la ciudad en la que se colocaba no suponían colisión con ningún otro símbolo territorial o particular, el PSOE advirtió en repetidas ocasiones y a través de diferentes portavoces sobre la necesidad de respetar las sensibilidades de una sociedad plural. Así, el entonces portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera, manifestó que “hay que ser muy cuidadoso” con este tipo de actos para “evitar su deslizamiento hacia comportamientos que puedan herir las sensibilidades de comunidades autónomas con símbolos que merecen el mismo respeto”, al tiempo que recordaba que la Constitución reconoce otras culturas y banderas en España.
Respetamos profundamente la voluntad de reservar un espacio público para los homenajes que quieran dedicarle a la bandera española quienes se sienten fuertemente imbuidos por un sentimiento nacionalista español que, indudablemente, forma parte de la cultura cívica de un sector de la población aragonesa. Es el mismo derecho que también reclamamos para nosotros quienes nos sentimos principal o exclusivamente nacionales de Aragón. En los demás ámbitos de lo público también anhelamos la igualdad de trato que no tuvimos -por ejemplo- en nuestra Expo, en donde la bandera de Aragón ha brillado por su casi total ausencia, cuando la española se ha prodigado en numerosas ocasiones y lugares en solitario o de forma preeminente, sin rastro alguno de nuestro “señal”.
Ante esta iniciativa, sin embargo, pedimos a sus promotores que se atengan a la tradición política zaragozana y aragonesa consolidada desde finales del siglo XIX. Ya en aquellos años nuestra sociedad manifestaba una pluralidad en cuanto a los sentimientos identitarios no muy distinta al amplio abanico que conocemos hoy día, como consecuencia del cual en Zaragoza se definieron dos espacios de referencia diferenciados para el homenaje a nuestros distintos referentes, muy sensata y pacíficamente pactados entre unos y otros. Éstos fueron, la plaza de Aragón, con su monumento al Justiciazgo, para los aragonesistas, y la plaza de España, con el suyo a los mártires de la patria, para los más apegados a la idea nacional de España. Con ese sentido de pluralidad, equilibrio y respeto, ambos monumentos se erigieron el mismo año (1904).
Para Chunta Aragonesista y para quienes en diferentes grados y desde distintos posicionamientos estamos emocional e ideológicamente más apegados a nuestra identidad aragonesa esta iniciativa es un acto indelicado y agraviante. Quienes tenemos una memoria histórica menos selectiva que la que sólo repara en acontecimientos de significación patriótica española, percibimos como una provocación deliberadamente buscada el que se coloque como enseña preeminente en el cuadro de banderas (españolas y aragonesas) que le rodean, precisamente la del Estado español, en aras de cuya conformación se pisotearon con la violencia y la ocupación militar la independencia y la foralidad aragonesa, y por cuya razón de Estado fue asesinado Juan de Lanuza el Mozo. Fue esa razón de Estado la que, mediante dos invasiones (en 1591 y en 1707) y por la fuerza de las armas adulteró primero y liquidó después el sistema constitucional aragonés, con su personalidad política y con su capacidad para oponerse pacíficamente a la supeditación sistemática de Aragón y los aragoneses a las prioridades del poder central.
Reclamamos, pues, al PSOE y a las demás fuerzas políticas y de todo tipo del país un decoroso respeto para uno (tal vez el más importante) de los referentes identitarios del aragonesismo, sabedores de que en nuestra capital existen lugares no menos emblemáticos, dignos y populares para los homenajes a los símbolos de la nación española. Déjese el mástil junto al Justicia para que el señal de Aragón pueda ser allí objeto de sus debidos homenajes. Háganse, si así se quiere, los homenajes a la bandera española en la Plaza de España; hágase lo propio con nuestro emblema municipal en la Plaza del Pilar y, completando los referentes identitarios que abren nuevos cauces al instinto cívico y solidario de los aragoneses del siglo XXI, plantemos una gran bandera europea en nuestra desnuda, inhóspita e ignorada plaza de Europa.